Revista Cultura y Ocio

El sanitario celestial

Publicado el 03 febrero 2020 por Diego Diego F Ospina @DiegO_OzpY

Era la noche del Superbowl, y todo el mundo escribía. Todo el mundo hablaba. Y se referían al show de medio tiempo, que era lo único que entendían, lo único que les interesaba. Pero yo no. Ni entendía, ni me importaba.

Estaba en la cama buscando libros. Había tomos de Yeats, de Shelley, de Byron... en inglés. Sabía tan poco, no podía leer cómodamente los clásicos. Y regresé a los libros de Fante. Pero allí había una catástrofe en Los Ángeles, hubo un terremoto en el libro de Fante. Y todo el mundo corría o gritaba. Y Bandini era un cobarde. Cosa que en general importaba poco, pero en este momento, esta noche, no podía tolerar.

He pasado todo el día con un dolor de cabeza insoportable. Ojeando libros, en busca de alguno que me cuente algo tan interesante que pudiera abstraerme del dolor. Pero era una trampa pésimamente elaborada que el dolor supo eludir. Y entonces me cansé de los libros, y me fui a mear tambaleante. Y vi manchas de dedos en las paredes recién pintadas, y aquello me supo aún peor.

Ya de pie frente al sanitario solté todo aquello. Fue como una catarata. Como ir de visita al Niágara o ver el Tequendama. No había sentido tanta satisfacción en todo el día.

Entonces, en el suelo, vi dos pequeñas hormigas. Se movían erráticamente, incapaces si quiera de acercarse una a la otra. Tan juntas, sin poder percibirse.

Y pensé- ¿es así como nos ve Dios?

Podia imaginarlo: Desde su meandro celestial miraría su divina baldosa y contemplaría con pena la tragedia humana...

Entonces volví a la cama, y me puse a escribir.


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