Revista Salud y Bienestar

El secreto de una vida centenaria

Por Alimmenta @alimmenta
centenarios okinawa

En un reconocido estudio del japonés Makoto Suzuki, cardiólogo y geriatra, se investigó la vitalidad y longeva edad a la que llegaban los habitantes de una pequeña isla, a lo largo de los años demostraron con varias investigaciones los factores influyentes que determinan una vida centenaria. Estoy hablando de la población de Okinawa, archipiélago perteneciente a Japón llamada también  la isla de los centenarios, la cual registra la esperanza de vida más larga del mundo con ancianos de más de 100 años.

Makoto Suzuki y su equipo observaron después de analizar más de 900 centenarios que no sólo gozaban de una edad avanzada sino también de una excelente salud, percibieron una menor incidencia de patologías como el cáncer y el alzheimer, y en cuanto a enfermedades cardíacas era 5 veces menor que en ancianos de la misma edad. Para averiguar las razones de ello estudiaron su estilo de vida y la genética de muchos de ellos.

¿Entonces qué fue aquello tan importante que descubrieron los científicos y por lo que aún se sigue estudiando? ¿Cuál era el gran secreto de esta población centenaria?

Lo primero de todo era que la población de Okinawa estaba muy favorecida genéticamente, fue en uno de sus estudios prioritarios en el que identificaron a los genes que afectan a la longevidad, determinando que el ADN de esta población provocaba un menor riesgo de enfermedades inmunitarias y autoinmunes. En este estudio llamado “who are the Okinawans?” es dónde se comprobó que los habitantes de Okinawa son genéticamente diferentes y son propensos a desarrollar fenotipos extremos como la longevidad.

Pero la genética no es determinante ya que sólo influye en un 30%, se demostró que para aumentar la esperanza de vida también intervenían los factores ambientales, tales como  la dieta, el ejercicio y la reducción de estrés.

Siguiendo con su investigación se analizó la dieta como un factor muy influyente,  era una alimentación basada en una dieta vegetariana:

  • Rica en frutas y verduras
  • Una porción pequeña de tofu y pescado
  • Rica en cereales como el trigo, arroz, y tubérculos como la patata
  • Alimentos a base de soja y algas marinas
  • Plantas medicinales y especias
  • Té verde y negro

Se puede decir que tiene características comunes a la dieta Mediterránea como es el alto consumo de hidratos de carbono no refinados, la ingesta moderada de proteínas y fuente principal de verduras, legumbres y pescado.

Los científicos se preguntaban cómo llegaban a esa edad sin tener un desequilibro nutricional sobre todo por parte de la vitamina B12 (fuente de alimentos de origen animal), observaron en un estudio del Dr. Willcox que la deficiencia de esta vitamina en los centenarios de Okinawa no era mayor en comparación con la de los países occidentales que ingerían carne, por lo que vieron que la vitamina B12 también se encontraba en alimentos de soja fermentados y en algas marinas que ellos consumían.

Un dato revelador que evidencia la larga esperanza de vida en relación con la alimentación es la costumbre que tenía esta población de quedarse con una pequeña sensación de hambre, es decir se sacian hasta un 80%. El doctor Bradley Willcox, miembro del equipo de investigación, recomienda: “dejar de comer al momento de sentir la primera sensación de saciedad. [...] El estómago comunica esta sensación al cerebro a los veinte minutos de haber empezado a comer”. Esto conlleva a ingerir menos cantidad, menos calorías también por una dieta rica en vegetales, lo que lleva a un resultado con baja carga glucémica, menos inflamación y menos estrés oxidativo.  Con ello se comprobó que los habitantes de Okinawa tenían bajo los niveles de radicales libres en sangre ya que su dieta era rica en antioxidantes, baja en grasas y no sufrían ningún tipo de estrés en su día a día. Se sabe que la oxidación origina estos radicales libres que aceleran el envejecimiento teniendo un importante impacto sobre la longevidad.

Otro y último de los factores clave en este estudio era la vida activa que llevaban, realizando actividades como la pesca y el cultivo, ejercicio como el yoga y artes marciales, meditaban lo cual ayuda a estar más relajados, y se desplazaban en bici o a pie. Al estudiar su personalidad, no solo se descubrió que eran optimistas y adaptables, sino que tenían una capacidad natural de “resistencia al estrés”.

Un estilo de vida propio de esta población fue lo que favoreció que aumentara la esperanza de vida a los cien años y con ello una excelente salud.

El doctor Willcox afirma que, si bien “no existe ninguna poción mágica” para la longevidad, todo contribuye: la genética, la alimentación, el ejercicio, las buenas costumbres y “lo bien que combaten los mayores el estrés”.

Al fin y al cabo son costumbres, antiguas y muy buenas costumbres que han ido heredando de antepasados, con una buena base en la alimentación y en su ADN. Nosotros no podemos modificar nuestros genes pero sí nuestro estilo de vida, llevar una dieta adecuada sin excesos rica en vegetales nos supondrá muchos beneficios a lo largo del tiempo.

Si ya sabemos el secreto de una vida longeva y saludable ¿por qué no empezar a aplicarlo en nuestro día a día?

Si os ha interesado podéis ver el siguiente video que es más detallado:

Bibliografía

  1. Okinawa Centenarian Study
  2. Bendjilali N, Hsueh WC, He Q, Willcox DC, Nievergelt CM, Donlon TA, Kwok PY, Suzuki M, Willcox BJ. Who Are the Okinawans? Ancestry, Genome Diversity, and Implications for the Genetic Study of Human Longevity From a Geographically Isolated Population. Pubmed. 2014 jan 20.
  3. Willcox DC, Scapagnini G, Willcox BJ. Healthy aging diets other than the Mediterranean: A focus on the Okinawan diet. Pubmed. 2014 jan 21.
  4. Kwak CS, Lee MS, Oh Sl, Park SC. Discovery of novel sources of vitamin B(12) in traditional Korean foods from nutritional surveys of centenarians. Pubmed. 2010; 2010:374897.

El artículo El secreto de una vida centenaria apareció publicado primero en Dietistas-nutricionistas, portal de nutrición.


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