Vamos a recorrer un sendero fluvial en Albarracín (Teruel). Una ruta muy corta pero no por ello menos hermosa ya que vamos a estar acompañados en todo momento por el río Guadalaviar y por una refrescante vegetación de ribera.

Este camino tiene cierto aire de pequeña aventura: vamos a pasear al lado del río; veremos alguna noria que tiempos atrás giró alegre al son de la fuerza del agua y cruzaremos dos puentes flotantes.Para iniciar esta ruta podemos dejar el vehículo en cualquiera de los aparcamientos gratuitos que nos ofrece Albarracín. Hay uno pequeño al lado del parquedesde donde se inicia el sendero fluvial. Si tenemos suerte aparcamos aquí.Desde aquí mismo ya podemos ver alguna de las casas que se asoman a esta parte del barranco. Andamos por el parque en dirección contraria al curso del río.
Antes de cruzar el puente hay un rincón con cierto aire nostálgico o de ¡leyenda! Un banco solitario de piedra que, a través de una reja de hierro, ofrece una visión descansada del río Guadalaviar.
En algún sitio buscando información de Albarracínleí esta frase: “Albarracín, ¡difícil de conquistar!” Ahora, cuando realicemos este sendero fluvial vamos a entender un poco mejor el por qué de estas palabras.Nos daremos cuenta, según vayamos avanzandopor el camino, donde se encuentra situado el pueblo y la posición tan estratégica que eligieron sus primeros pobladores. El río Guadalaviar sirvió de foso natural, impenetrable, eterno, furioso y agradecido a esta población que fue tan ansiada por muchos y conquistada por muy pocos. Tanto el Guadalaviar, como las montañas que lo rodeaban sirvieron de regia protección natural. ¿Qué mejor defensa qué esta pudo tener Albarracín?
Cruzamos un puente suspendido para pasar a la otra parte del cauce y comenzar el sendero. Quizás te dé por comenzar a hacer bailotear la pasarela de un lado a otro pero… ¡espero que no lo hagas mucho ya que no hay forma de hacer fotografías al río!
Nos vamos adentrando en la hoz que va esculpiendo el río y siguiendo el sendero nos daremos cuenta que vamos girando y cambiando de orientación. Y el misterio de esta ruta se halla precisamente en este detalle. Si nos vamos fijando en nuestros pasos andados nos daremos cuenta de la posición estratégica en la que está Albarracín. Lo iremos rodeando junto al río Guadalaviar. Las primeras casas desaparecerán de nuestra vista y aparecerán grupos de viviendas que antes no podíamos observar. El río rodea prácticamente al peñascodonde se encuentra el pueblo excepto por una pequeña parte. Un gran muro líquido que lo abraza.
Andamos por el sendero siempre al lado del río y escuchando el murmullo tranquilo del agua. Estaremos acompañados de una vegetación de ribera y de las paredes rocosas de las montañas rojizas que tanto carácter han imprimido a esta sierra.
Llegamos a otro puente colgante. Más allá el ríose esconde a nuestra mirada curiosa aunque lo imaginamos detrás de la montaña.







