Revista Psicología

El sentido de la vida…o algo así

Por Saval

El otro día me volvieron a pedir que escribiese sobre el sentido de la vida. Sí, yo también me leí “El hombre en busca de sentido” en el colegio. Y luego se hablaba mucho de Frankl en la universidad. Más que de Freud, más que de Jung, más que de Rogers y casi más que de los tres juntos. ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Existimos para algo? Son cuestiones que no tienen respuesta. Podrás intentar que te sirvan las respuestas que te oferte alguna religión a buen precio. La que más te guste. O una secta. O algún tipo que escuche voces del más allá o el más acá. Pero no hay respuesta verificada.

Si tuviese que responder, diría que me da igual. Que el sentido de la vida es intentar hacer de los años que pasarás deambulando por el mundo un cúmulo de pequeños momentos, de grandes personas y de algunos ratos en los que creas acercarte a eso que se llama felicidad. El sentido de la vida no es algo que tú o yo podamos elucubrar o fantasear. Es algo tangible, que tenemos que discutir, si es que hay que discutirlo, en una cafetería, en un botellón o en una cama desayunando. Ya basta de buscar sentido al sufrimiento, a pasarlo mal o a que la vida sea tremendamente injusta. Eso es así. Es así porque sí y es una puta mierda. Pero es una mierda sin sentido. Si la vida está hecha para acumular desgracias poniendo buena cara esperando redimirse en una vida eterna, pegadme un tiro en la nuca. Que no os vea. Pero matadme.

Busca el sentido de la vida en pequeñas cosas, en ver el fútbol con tu mejor amigo en un bar, en follarte a tu pareja en algún hostal que puedas pagarte o en pasarte todo el año ahorrando para tener ese verano que siempre recordarás. Intenta estudiar lo que te gusta, léete algún libro bueno de vez en cuando, ayuda a gente necesitada, ve al cine a ver peliculones, visita a tus abuelos, pasea por la playa, regala flores a tu madre, procura viajar, intenta mejorar el mundo, abraza a tu padre, comparte con tu hermano, medita temprano en un monte, disfruta el tiempo que pasas con tu hija o ponte a bailar, a pintar, a correr o a cantar hasta que estés extasiado.

No me preguntes qué vendrá después porque no lo sé. Y porque lo que sé, porque lo que he visto hasta ahora prefiero no decirtelo. Así que no vendas tu hoy, tu ahora por un futuro que no vale la pena. En serio, disfruta la vida en pequeños alquileres que puedas pagar y no en grandes hipotecas que te aten a algo, a un “es lo que toca”.

Amar y disfrutar. Y luchar a veces, llorar y sobrevivir. Seguir siempre para poder volver a amar y disfrutar.

Cada persona tiene el suyo. Busca el tuyo y respeta los demás “sentidos”.

@alvarosaval

Casi una cuestión de fe…

https://www.youtube.com/watch?v=dthTQcyP_wo


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