Silencio y uno, dos, tres ... años. Silencio y uno, dos, tres ... meses. Ahora. Hablo.
¿Te cuento?
sorprendida estaba de mi parloteo eterno cuando pararon mis manos de contaros cuentos de un sólo golpe, en medio de mi cabeza
¿Te intereso? ¿Me interesas?
De halagos llena, de tripas fuera, de desnudos completos, de frases recompuestas en idas y venidas de mis locos requiebros por los puntos de vista que siendo normales pude, puedo y seguiré pudiendo darles vueltas hasta que te des de lleno con la certeza de que mirando desde aquí se ve y desde allí se ve pero de forma, quizá algo más traviesa, buscando la forma más útil y de utilidades llenas de bocas abiertas de asombro pero ¿sin fuerza para acometer ninguna de las tareas?
De tripas vueltas y golpeada mi cabeza, se golpeó también mi alma, esa, que aún libre y amando el juego ¿se vio arremetiendo, arrullando y cantando nanas a los rumores de una responsabilidad asumida pero no correspondida ni por el que pidió el cuento, ni por el que dijo que pretendía ayudar a crear el más fantástico de ellos?
No sé de donde sale, ni a que corresponden todos mis anhelos, mis idas y venidas y mis quehaceres solitarios dibujando caminos y fórmulas por donde nadie ve puentes, por donde nadie ve senderos. No sé de donde salen los pasos que transito delante de todas las narices curiosas que ven como de mi pasión por el arte, saco como conejo de una chistera, todas las herramientas para apartar la maleza, allanar caminos y dejarlos a menos de un palmo de tu vista, cuando me son reclamados. De tu vista y de tú miedo, de mi miedo a correr por ellos y ese miedo, ese miedo y ese infierno atormentado de más miedos y yo, golpeada mi cabeza ¿Te intereso? ¿Me interesas? y de allí, mi duda, imaginando una pesadilla inmensa "Dará igual que baile para invitarte a bailar. Dará igual que cante para invitarte a cantar. Dará igual que brille para ayudarte a brillar. Dará igual que me lance por la Vía láctea, en bicicleta, para que tú vengas detrás... "
Silencio y uno, dos, tres ... años. Silencio y uno, dos, tres ... meses. Sentada la sombra de un almendro en el banco viejo, de un viejo parque observo, observo y más tarde, observo en silencio y entre más silencio más claro aparece mi sueño "Dará igual que tú no bailes, si yo puedo bailar" "Dará igual que tú no cantes, si yo puedo cantar" "Dará igual que a risas me lance por la vía láctea en bicicleta y que tú no vengas detrás" y dará igual porque equivocada andaba pensando que tú debías hacer algo y en ese pensamiento que andaba rondando, yo me golpee de nuevo la cabeza con el ansia, la angustia, la desesperación de la falsa creencia de que tú no estabas bailando, no estabas cantando y no andabas, a risas, jugando con tu bicicleta.
Y yo, en medio, con un sólo fuego, con una sola dirección marcando todos los anhelos ¡Oh, querid@ amig@! si sólo pudieras ver lo que yo veo, si sólo pudiera ver lo que tú ves. Si sólo pudiera ver a través de tus ojos, si sólo pudieras mirar en mis ojos la infinita belleza que puedo ver a través de todos los miedos. Del uno, dos y tres y del uno, dos y tres te cuento que me perdí, me perdiste y ahora recuerdo que nunca hubo más un un presente eterno.
No hubo pérdida. Ayer te di las gracias.