Los brillantes neones de la ciudad seducen en periodos expansivos, pero al girar la rueda millones de personas se ven obligadas a vagar por desiertos de cemento comiendo basura cuales Dustin Hoffman y Jon Voight en Cowboy de Medianoche. Hay toda una serie de tendencias económicas, políticas y sociales que están conformando el nuevo modelo alrededor del cual se desarrollará una realidad muy diferente a la vivida. En un mundo ralentizado los rendimientos serán inferiores, la capitalización más lenta y el crecimiento orgánico y mesurado. Con la llegada de la crisis sistémica, los neones se desdibujan como espejismos mientras el futuro alcanza a los desprevenidos que quedan a los pies de los caballos. El humo se disipa dejando un PIB real insuficiente para mantener el alocado ritmo anterior. Parece que actualmente se está preparando a la opinión pública para tolerar el cambio de modalidad, es decir, suavizar la ahora criticada austeridad para abrir el melón siguiente. El síndrome de abstinencia ansía nuevos chutes de deuda, y con la excusa del crecimiento se atacará al monstruo deflacionario con más imprenta.
No confundamos los términos: el euro como moneda ideada para ser una divisa sólida y estable aportando flexibilidad a las transacciones fue y sigue siendo una gran idea. El dinero es (o al menos debería ser) por definición una reserva de valor. Y en eso se empeñó la ortodoxia germana. Pero como la cabra tira al monte, y para no perder la costumbre, se tropieza por enésima vez en la piedra de la codicia optando por malear el metal, y erosionando por tanto la citada reserva de valor. Luego la calle huye del engaño gritando tonto el último mientras busca una nueva alternativa.
Pero si está todo inventado, esto no es más que una nueva entrega de la guerra de clases. Los carroñeros no pestañean para quitarle el pan al necesitado. Todo trae sus consecuencias, y en este caso las gotas van llenando el vaso social.
Respecto al riesgo país, que se incrementen las dudas sobre la economía española es lógico. Lo que no es normal y responde al miedo irracional es el bajo precio de la deuda alemana. Los que no comprenden la crisis siguen buscado refugios seguros a la antigua usanza. Pero si se filtró hace unos meses que Siemens tenía licencia bancaria, no hay que ser muy listo para deducir que significa.
La analogía es obvia: los romanos ya se adaptaban al ciclo del Mediterráneo (mare apertum – mare clausum) sistematizando su repliegue de invierno. Incluso el abuelito de Heidi preparaba leña en verano para el duro invierno. Diferentes versiones de la misma historia aplicadas a los ciclos económicos a los que contribuye la banca central. La hormiga se adelanta a los acontecimientos mientras la cigarra se hiela porque no se entera de la película.
El que comprende el nuevo escenario y se adapta al ciclo entrante sobrevive al invierno. Se trata en última instancia de analizar de forma objetiva las tendencias primarias y adaptarse con rapidez. Por ejemplo, quizá lo que parecían opciones anticuadas y superadas pueden volver a ser viables. En este sentido, Tomás López de la Torre, socio responsable de Turismo para KPMG España, hablando del sector hotelero ha cuestionado implícitamente la viabilidad a largo plazo del Yield Management cuando ha afirmado la necesidad de un precio único o de referencia.
La complicada situación geoestratégica mundial se agrava por motivos monetarios. La guerra de divisas por sacar la cabeza del agua deriva en tensiones comerciales que a su vez generan desinversiones desglobalizadoras y reubicación masiva de capitales. La búsqueda del menor riesgo sacrificando rentabilidades dudosas e inciertas origina al repliegue de invierno personal y empresarial.
Hablando de relocalizaciones, la economía china va dando progresivos y preocupantes signos de debilidad, generando más dudas que confianza de forma similar al resto de los llamados emergentes. Se rumorea que Foxconn podría volver a duplicar los salarios de sus trabajadores continentales. De ser cierto, sería ya el cuarto incremento en dos años, por lo que a finales de 2013 podrían cobrar casi cinco veces más que en 2010.
Al pasarse de frenada habrá gangas, pero dadas las circunstancias y la baja expectativa de generar retornos, cualquier operación sobre esas supuestas gangas se asemejará más a un traspaso, siendo una nueva trampa para los incautos, muchos todavía encadenados a su hipoteca underwater.
La degradación moral en el sector empresarial ha degenerado en tendencias suicidas de los departamentos de recursos humanos al desechar sistemáticamente a todo candidato a partir de una cierta edad o excesivamente formado. No se busca talento ni creatividad, sino obediencia y sometimiento siguiendo el patrón de la revolución industrial del empleado que cumple sin abrir la boca.
No es de extrañar que grandes empresas que destacaron en el pasado por su capacidad de visión analítica del mercado se encuentren ahora en el barro de las visiones cortoplacistas. Los mediocres ávidos de ganancias rápidas no toleran la puesta en duda de su metodología, que no es más que la gestión operacional en el mejor de los casos dejando de lado toda reflexión estratégica. Idéntico enfoque materialista es naturalmente aplicable también al trabajador deslumbrado por los neones esclavizadores de la ciudad global.
En un entorno complicado con pocas posibilidades de planificar a largo plazo, el que no descapitaliza y pretende sobrevivir con la ropa puesta debe aprender a bailarlo todo. España tuvo 627 años junto a Roma, pero el cambio llegó.
Cerca del precipicio hay que buscar el puente para pasar al otro lado, entenderlo, mantener la sangre fría, y superar el denominado “normalcy bias”. Cuando Hitler comenzó a deportar judíos de forma efectiva, se calcula que un millón de los 4,5 millones que vivían en Alemania ya habían salido del país. La pregunta obvia es ¿Por qué los demás no huyeron también? ¿Por qué se quedaron?
¿Cuál debe ser el manual de supervivencia? Elevar el nivel de juicio político al nivel económico para continuar hasta el juicio moral, buscando entender las relaciones causa-efecto y sus consecuencias en el ámbito social. La opción más sensata es ver los toros desde la barrera individualizando el criterio y actuando con coherencia, priorizando el pensamiento analítico sin perder la dignidad, el valor, la integridad y el sentido común.