Revista Historia

El síndrome de heróstrato (3)

Por Jesuszamorabonilla
"Casi nadie recuerda nada y a casi nadie le importa, más allá de un minuto. La gente se afana y trampea por triunfar en competiciones u obtener distinciones que cada día dejan menos huella, entre otras razones porque hay demasiadas y nuestra memoria no da abasto. Ganar o perder viene a dar lo mismo"Leído aquí.Nuestro amigo/enemigo Heróstrato tuvo la inmensa suerte de vivir en la edad de los Clásicos, donde la información eran tan poca, y el mundo era tan nuevo y tan vacío, que no hacía falta ser más que un poquito original, o tener un poquito de suerte, para que la memoria de tus acciones, genialidades o estupideces quedase grabada en la memoria de tus contemporáneos y sus biznietos. Un poco más de suerte en la lotería de sobrevivir a los crueles y ciegos mordiscos de los ratones, de las polillas, de las llamas o de los hongos, y ya te convertías no sólo en alguien afamado (aunque desconocido para la gran mayoría), sino en alguien cuyo desconocimiento impedía formar parte del club de los cultos.Pero hoy, cuando casi todo está ya descubierto y conquistado, cuando los inventos llevan la marca de la empresa y se ignora al inventor, cuando la música y la literatura son repetición y mezcla, cuando la política es un negocio como otro cualquiera, cuando, como dice Javier Marías, pasado mañana ya se ha olvidado aquello de lo que se habla hoy, ¿es que ya no habrá más Historia a la que "pasar"?
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El síndrome de Heróstrato (1)
.Enrólate en el Otto Neurath

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