Revista Cocina
¿QUÉ ES EL SÍNDROME METABÓLICO?
El síndrome metabólico es también denominado síndrome de resistencia a la insulina, síndrome plurimetabólico, síndrome de Reaven o síndrome X, entre otros. Cualquiera de estos nombres no define en sí una enfermedad, sino que se trata de una serie de factores de riesgo que se presentan de forma simultánea o secuencial en un mismo individuo. Se puede decir que es un grupo de problemas de salud asociados a factores genéticos y factores asociados al estilo de vida.
ETIOLOGÍA
La causa del síndrome metabólico no se conoce. La mayoría de las personas que lo padecen tienen una edad considerablemente mayor, son obesos, sedentarios y tienen cierto grado de resistencia a la insulina. Ésta última, tiene un papel muy importante en la génesis de este síndrome.
Los investigadores no están seguros de si el síndrome metabólico se debe a una sola causa, pero lo que sí está seguro es que todos sus factores de riesgo están relacionados con la obesidad, y principalmente con la grasa abdominal, pero es evidente que algo provocó a previamente este aumento de peso hasta límites patológicos. La respuesta es sencilla: la mala alimentación y la inactividad física, dejando aparte la genética.
Así es como se origina un síndrome caracterizado por un cóctel de enfermedades metabólicas que se vinculan entre sí al desencadenar un alto riesgo de morbimortalidad asociado a enfermedades cardiovasculares.
El papel de la dieta en el síndrome metabólico
Aún no se conoce exactamente qué papel juega la dieta en la génesis del síndrome metabólico, pero lo que si está claro es que determinados hábitos alimentarios, nos dan mayor predisposición a sufrirlo. Éstos se corresponden con el patrón de alimentación occidental: elevada ingesta de azúcares, carne roja, alimentos procesados, fritos y refrescos azucarados. Además un estudio de la American Heart Association, relaciona también los refrescos light con el desarrollo del síndrome metabólico. No están claros los mecanismos que asocian este tipo de refrescos con la aparición del síndrome metabólico, ya que se consideran menos nocivos que su versión normal, pero hay una serie de teorías que lo explican:
- Su intenso sabor dulce estimula la ingesta de alimentos dulces y más calóricos. Parece ser que estos refrescos light "incitan" a comer más y peor.
- Según estudios realizados en roedores, parece ser que los edulcorantes artificiales que llevan este tipo de bebidas influyen en el aumento de la ingesta, porque podrían interferir con la capacidad del organismo para distinguir y gestionar las calorías de los alimentos.1¿CUÁLES SON LOS SIGNOS DEL SÍNDROME METABÓLICO?
Las personas con síndrome metabólico tienen una conjunción de los siguientes factores de riesgo: - Obesidad central o acumulación de la grasa alrededor de la zona media y superior del cuerpo, alrededor de la zona abdominal. También denominada obesidad androide o en “forma de manzana”. Esto se corresponde a un perímetro de cintura >102 cm en hombres y > 88 cm en mujeres.- Niveles elevados de triglicéridos y niveles bajos de lipoproteínas de alta intensidad (HDL o colesterol bueno) en la sangre. Triglicéridos >150 mg/dl de sangre i HDL < 40 mg/dl de sangre en hombres y < 50 mg/dl de sangre en mujeres.- Hipertensión arterial: tensión arterial >130/85 mmHg - Resistencia a la insulina originada por problemas en los receptores insulínicos ubicados en las células a las cuales debe entrar la glucosa. Al no encontrar respuesta a la insulina, la glucosa aumenta en sangre, siendo un criterio para su detección, una glucemia en ayunas > 110 mg/dl. En este apartado hablamos de signos y no de síntomas, porqué el individuo que presenta síndrome metabólico puede sentirse sano y no tener ningún síntoma de enfermedad.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de síndrome metabólico se realiza cuando tres o más de los factores anteriormente citados son identificados en un mismo individuo.
TRATAMIENTO
El tratamiento del síndrome metabólico debe ser multifactorial, actuando sobre todos los factores de riesgo asociados y tratando las enfermedades subyacentes en su caso.
El hecho de tener un estilo de vida saludable, hacer ejercicio y llevar una buena dieta, tendrá una muy buena repercusión en todos los factores de riesgo asociados.
Una disminución de peso moderada (10%) contribuye a la normalización de la tensión arterial, a una regulación de los niveles de lípidos en sangre y al control de la glucemia, mejorando además la resistencia a la insulina de la persona.
Cuando las modificaciones higiénico-dietéticas en la vida de la persona no son suficientes, la pauta farmacológica se hace indispensable en el control de los diferentes parámetros afectados.
PRONÓSTICO
Las personas que presentan varios de los factores de riesgo citados anteriormente, y que por lo tanto son personas con síndrome metabólico, tienen mayor riesgo de sufrir arteriopatía coronaria, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2.
Normalmente y como ya se ha comentado anteriormente, el síndrome metabólico aparece en personas de cierta edad, alrededor de los 50 años, aunque cada vez más lo vemos presente en gente más joven e incluso en niños. Esto ocurre por qué desde etapas muy tempranas de la vida, las personas adoptan malos hábitos de alimentación y escaso ejercicio físico.
PREVENCIÓN:
Las investigaciones han demostrado que la alimentación, el ejercicio y el estilo de vida son factores importantes en el desarrollo o prevención del síndrome metabólico. Las personas con sobrepeso y que además son sedentarias, tienen un mayor riesgo de ser diagnosticadas. Otros factores del estilo de vida como el tabaquismo y el consumo de alcohol, pueden contribuir también al síndrome metabólico. Si llevamos por buen camino todos estos hábitos, tendremos mucho ganado frente a la aparición de este síndrome.
El mejor tratamiento del síndrome metabólico se basa en la prevención, el control de los factores de riesgo y cambios de estilos de vida, todos de muy fácil aplicación para la población, con el objetivo de prevenir complicaciones.
1 Fuente: El papel de la dieta en el síndrome metabólico. Consumer Eroski. http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/enfermedad/2008/04/01/175829.php