León Leyson nació en Polonia en 1929. Tenía casi 10 años cuando Alemania invadió Polonia en 1939. La vida de este niño y de toda su familia comenzó a desmoronarse, igual que la de millones de judíos, cuando seis meses después su familia fue enviada a un gueto de Cracovia. Tiroteos y asesinatos masivos, hambre y miedo eran constantes en su vida.
Dos de sus hermanos fueron asesinados, Hershel, el mayor, murió en medio de una masacre que acabó con la vida de 500 residentes de una aldea y Tsalig acabó en un campo de concentración. El resto de la familia Leyson fue deportada a un campo de concentración, pero gracias a la intervención de Oskar Schindler, se salvaron de un terrible final.
Schindler fue un empresario industrial alemán que decidió durante la guerra invertir su fortuna para tratar de salvar a judíos condenados a los campos de concentración. Su estrategia fue solicitar al ejército nazi la posibilidad de contar con mano de obra para la producción de ollas y cascos de balas para el frente de batalla. De esta forma, los trabajadores de su fábrica estaban a salvo de ser enviados a un campo de concentración. En total logró que 1.100 judíos sobrevivieran a los horrores de los campos de concentración.
León Leyson era el número 289 de la lista de Schindler y tenía tan sólo 13 años cuando el empresario alemán lo incluyó entre sus trabajadores, salvándole así la vida. En la fábrica también trabajaban sus padres, siendo una de las únicas familias que Schindler pudo rescatar.
Trabajaba 12 horas como los judíos mayores, pero tenía que subirse a una caja para llegar a la maquinaria de la fábrica porque era muy bajito. Cuando se puso a las órdenes del empresario, estaba débil por el hambre, por lo que Schindler duplicó sus raciones de comida y cuando sus ojos comenzaron a fallar, lo retiró del trabajo.
En 1949, al finalizar el Holocausto, emigró a Estados Unidos donde mantuvo un bajo perfil, desarrollando su vida lejos del miedo y en libertad. “Pequeño Leyson”, como le llamaba Schlinder, sobrevivió al Holocausto para empezar una nueva vida en Los Ángeles, donde estudió industriales y trabajó dando clase en el instituto de Huntington Park durante casi 40 años.
Después de la guerra volvió a ver a Schindler solo una vez en 1974, cuando éste realizó un viaje a California y un grupo de judíos se concentró en el aeropuerto para recibirlo. Cuando lo tuvo frente a frente, Leyson comenzó a presentarse, pero no fue necesario. “Sé quién eres. Eres el pequeño Leyson” le dijo Schindler.
Leyson participó de la promoción de la película de Steven Spielberg en 1993. Pocas veces habló sobre el dolor que experimentó durante la guerra, creía que sus vivencias no interesaban a nadie. La película “La lista de Schindler” le causó la conmoción y el interés necesario para comenzar a hablar. Muchos lugares de Estados Unidos y Canadá fueron testigos de las historias que contaba.
León Leyson fue el sobreviviente más joven de la lista de Schindler. Vivió en Los Ángeles hasta el pasado sábado 12 de enero, cuando tras su larga lucha contra el cáncer, murió a los 83 años.
Schindler fue reconocido como “Justo entre las naciones”, plantando su propio árbol en la Avenida de los Justos en Jerusalem. Pese a los intentos de Israel de socorrerlo económicamente, murió en la pobreza en 1974.
A una semana del Día Internacional para la Recordación del Holocausto, la historia de León nos hace reflexionar y recordar para que el horror no se vuelva a repetir nunca. La ONU, que en el 2005 designó al 27 de enero con representación de esta fecha, decidió utilizar para el 2013 el lema “Rescates durante el Holocausto: El coraje para cuidar”. Éste será utilizado para la generación de material educativo, la proyección y debate de la película “The Rescuers” y la realización de diversos eventos. La ceremonia principal tendrá lugar el próximo viernes 25 en la Asamblea General, aunque en los distintos Centros de Información de las Naciones Unidas también se llevarán a cabo diversos eventos con motivo de la recordación de la fecha.
El orgullo de ser parte