El Telescopio Espacial Spitzer de la NASA ha detectado, por primera vez, la luz que emana de una “super-Tierra” más allá de nuestro Sistema Solar. Aunque el planeta no es habitable, la detección es un paso histórico en la búsqueda de signos de vida en otros planetas.
“El Spitzer nos ha sorprendido de nuevo”, dice Bill Danchi, científico del programa Spitzer en las Oficinas Centrales de la NASA en Washington. “La nave es pionera en el estudio de atmósferas de planetas lejanos y está allanando el camino para que el próximo Telescopio Espacial James Webb de la NASA aplique una técnica similar en planetas potencialmente habitables”.
El planeta, conocido como 55 Cancri e, pertenece a la categoría de lo que se conoce como Super-Tierras, que son más masivas que nuestro mundo pero más ligeras que planetas gigantes como Neptuno. El planeta tiene aproximadamente el doble de masa que la Tierra. Orbita una estrella brillante, conocida como 55 Cancri, en apenas 18 horas.
Anteriormente, Spitzer y otros telescopios fueron capaces de estudiar el planeta analizando cómo cambiaba la luz de 55 Cancri cuando el planeta pasaba frente a ella. En el nuevo estudio, el Spitzer midió cuánta luz infrarroja procedía del propio planeta. Los resultados revelan que el planeta probablemente es oscuro, y la cara que mira a su estrella está a más de 2000 grados Kelvin, lo bastante caliente como para fundir metal.
La nueva información es consistente con una teoría anterior que afirma que 55 Cancri e es un mundo acuoso: un núcleo rocoso rodeado por una capa de agua en estado “supercrítico” donde es tanto líquida como gas, y está coronada por una cobertura de vapor.
“Podría ser muy similar a Neptuno, si llevasemos a Neptuno hacia el Sol para ver cómo hierve su atmósfera”, dice Michaël Gillon de Universidad de Lieja en Bélgica, investigador principal del estudio, que aparece en la revista Astrophysical Journal. El autor principal del artículo es Brice-Olivier Demory del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge.
El sistema 55 Cancri está relativamente cerca de la Tierra, a 41 años luz de distancia. Tiene cinco planetas, siendo 55 Cancri e el más cercano a la estrella y su órbita se halla fijada por marea, por lo que una de sus caras siempre mira hacia la estrella. El Spitzer descubrió que el lado que mira a la estrella está extremadamente caliente, lo que indica que el planeta probablemente no tiene una atmósfera sustancial para llevar el calor de la estrella al lado no iluminado.
El Telescopio Espacial James Webb de la NASA, que tiene previsto su lanzamiento en 2018, probablemente será capaz de desvelar aún más cosas sobre la composición del planeta. El telescopio podría usar un método infrarrojo similar al de Spitzer para buscar en otros planetas, potencialmente habitables, signos de moléculas posiblemente relacionadas con la vida.
“Cuando ideamos el Spitzer hace más de 40 años, los exoplanetas ni siquiera se habían descubierto”, dice Michael Werner, científico del proyecto Spitzer en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California. “Debido a su excelente construcción, es capaz de adaptarse a este nuevo campo y realizar avances históricos como este”.
En 2005, el Spitzer ya se convirtió en el primer telescopio en detectar luz procedente de un planeta más allá de nuestro Sistema Solar. Para sorpresa de muchos, el observatorio vio la luz infrarroja de un “Júpiter caliente”, un planeta gaseoso mucho mayor que el sólido 55 Cancri e. Desde entonces, otros telescopios, incluyendo al Hubble y el Kepler de la NASA, han logrado hazañas similares con gigantes gaseosos usando el mismo método.
En este método, el telescopio observa la estrella cuando el planeta orbita tras ella. Cuando el planeta desaparece de la visión, la luz procedente del sistema estelar se atenúa ligeramente, pero lo suficiente para que los astrónomos puedan determinar cuánta luz procede del propio planeta. Esta información revela la temperatura del planeta y, en algunos casos, sus componentes atmosféricos. La mayor parte de los actuales métodos de búsqueda de planetas obtienen medidas indirectas de un planeta observando sus efectos sobre la estrella.
Durante la misión actual ampliada del Spitzer, se dieron pasos para mejorar su capacidad única de ver exoplanetas, incluyendo a 55 Cancri e. Esos pasos, como cambiar el ciclo de un calentador y usar un instrumento de una forma nueva, llevaron a mejoras en la precisión con la que el telescopio apunta a sus objetivos.
Enlace original: NASA’s Spitzer sees the light of alien “Super-Earth”