Título: El sueño del celtaAutor: Mario Vargas LlosaEditorial: Alfaguara (2010)Año de publicación: 2010Páginas: 464
Precio: 22 euros
Desde que ha comenzado el año parece que voy de acierto en acierto lector, crucemos los dedos y esperemos que la racha siga igual. El sueño del celta de Mario Vargas Llosa ha sido uno de esos grandes aciertos, un libro magistralmente escrito, como suele suceder con los libros del Nobel peruano, entretenido y con el que a la vez se aprenden muchas cosas sin apenas esfuerzo. Mezclando la novela histórica, la biografía novelada, e incluso los libros de aventuras y viajes, Vargas Llosa devuelve a la actualidad la figura del irlandés Roger Casement, un personaje lleno de contradicciones, que ha pasado del desprestigio total a ser un héroe nacional en su país, pero ante todo, un personaje muy humano.
Roger Casement
Roger Casement nació en 1864 en Sandycove, cerca de Dublín, en el seno de una familia protestante y probritánica. Casement, como muchos irlandeses de la época, está ciego ante la invasión británica a su país, de hecho, trabajó como diplomático para el Gobierno británico y llegó a alcanzar grandes honores, como el de ser nombrado sir, por el país que terminaría por asesinarle. Su trabajo como cónsul le llevó a viajar por todo el mundo y conocer la realidad del colonialismo, en especial en las explotaciones de caucho del Congo y del Amazonas, donde los indígenas eran explotados y masacrados para que occidente tuviera el preciado caucho que luego se utilizaría por ejemplo en la fabricación de ruedas. En un principio Casement piensa, como muchos de su generación, que el colonialismo es necesario, un "favor" que los occidentales hacen a esos "salvajes" llevándoles educación, sanidad y una vida mejor. Poco a poco, a medida que va conociendo las barbaries que se cometen, se da cuenta de su error. El colonialismo solo beneficia a los colonizadores y aplasta a los colonizados. Es en ese momento cuando comienza a tener conciencia de que su propio país, Irlanda, es una colonia de la Inglaterra invasora. Y es en ese momento, cuando decide luchar por la independencia de su país, por la recuperación de su idioma, el gaélico, sus costumbres y tradiciones, prohibidas por el invasor. Esa lucha por la libertad de Irlanda le llevará ante los tribunales británicos y finalmente a la horca, donde moriría a los 52 años de edad. No contentos con ello, los británicos orquestaron una política de desprestigio contra él, utilizando su condición de homosexual para desprestigiarle en una época en la que dicha tendencia sexual era algo condenable, especialmente en un país radicalmente católico como Irlanda.
Tumba de Roger Casement en Glasnevin
La historia de Casement es absolutamente fascinante, de hecho, al terminar el libro nos queda la sensación de que el autor podría haber escrito dos o tres libros más sobre el irlandés, dada la intensa vida que vivió este, y que, además, estaríamos encantados de leerlos. La novela se divide en tres partes, una dedicada al Congo, otra a la Amazonía y una tercera a Irlanda, todo ello con continuos saltos temporales al presente del protagonista, encerrado en la prisión de Pentonville, en Londres, días antes de su ejecución. A su alrededor, podremos conocer a personajes históricos como Leopoldo II, rey belga al que regalaron por su cumpleaños el Congo, y que trata el lugar y a sus gentes como si fueran de su propiedad, con terribles torturas; el famoso explorador Stanley, quien no siente ninguna piedad por los africanos; o el escritor Joseph Conrad, con quien Casement compartiría la experiencia del Congo y que el primero plasmaría en su genial novela El corazón de las tinieblas. Si la parte del Congo es dura, la dedicada al Amazonas, en la peruana zona del Putumayo, lo es aún más. Los indígenas son cruelmente torturados y mutilados, muchas veces tan sólo para la propia diversión de los jefes de las explotaciones caucheras, quienes, al no tener que rendir cuentas a nadie por lo que hacen, dejan aflorar sus instintos más sádicos. Casement escribió sendos informes sobre el Congo y el Amazonas, sobre las barbaridades que se cometían allí, que le valdrían el reconocimiento internacional por su labor en favor de causas humanitarias. Por último, la parte dedicada a Irlanda nos relata todo el movimiento revolucionario por la independencia del país, que se saldó con el sonoro fracaso del Alzamiento de Pascua. Por la novela desfilan numerosos personajes históricos y muchísimos escritores e intelectuales con los que se relacionó Casement, es el caso del escocés Arthur Conan Doyle, los irlandeses William Butler Yeats y George Bernard Shaw, el periodista Edmund D. Morel, o la historiadora Alice Stopford Green, entre muchos otros. Se trata de una novela en la que se aprende casi sin darnos cuenta, donde desde el primer momento simpatizamos con Casement a pesar de que nos llevemos las manos a la cabeza ante su ingenuidad, y su carácter soñador, los cuales le hicieron no ser todo lo práctico que debiera y acabar ajusticiado. Un libro para disfrutar y aprender, para que, especialmente los occidentales, nos planteemos en qué ha consistido la colonización y el daño que ha hecho a tantas personas, para viajar, para conocer a un personaje histórico que no era tan visible, en definitiva, un libro con el que disfrutar de la primera a la última página.