Revista Cultura y Ocio
El inicio del verano de 2009 no puede presentarse para Celia con peores perspectivas: va a tener que repetir curso en el instituto, la empresa de su padre se encuentra al borde de la bancarrota y el sistema familiar en el que hasta ahora ha vivido sufre una resquebrajadura de notables dimensiones, porque su madre no aguanta más y quiere el divorcio. Por si todo eso resultara poco, los problemas alimenticios que padeció en los meses anteriores le han hecho ganar peso y se encuentra insegura con su actual imagen. Éste es el punto de partida de El sufrimiento de las cigarras, la extensa novela juvenil con la que María Jesús Pérez Navarro (Santomera, 1987) se presenta ante el público lector, dentro del sello Caligrama.Introduzcamos más ingredientes en el cóctel: Víctor, quizá su mejor amigo, que no puede evitar que su corazón se acelere cuando Celia se aproxima a él; Ivan (“es un nombre italiano, el acento está en la i”, le explica en la página 123), un vecino guapo y misterioso por el que siente una fuerte atracción; la abuela de Celia, quien actúa como elemento regulador en una casa desquiciada… Y Macarena. Sobre todo, Macarena. Ella fue la anterior propietaria de la casa de veraneo donde ahora viven, hasta que desapareció misteriosamente en 1999. Impulsada por extraños ruidos y presencias fantasmales, Celia intuye que la mujer está queriendo decirle algo. ¿Fue asesinada? ¿Tuvo un amante? ¿Quién es el responsable de lo sucedido?Página a página, la joven autora va enredando y desenredando la trama, para disfrute del lector, hasta desembocar en la abrumadora sorpresa final, que da un vuelco (varios vuelcos, en realidad) a las previsiones que se pudieran haber concebido sobre el delta de la obra.Un interesante primer paso que fue aplaudido con razón en el I Certamen de novela Casino de Monóvar.