Creo que todos alguna vez hemos escuchado esta frase tan famosa de Buda “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. Si nos detenemos a pensar un poco acerca de esto nos podemos dar cuenta de que tiene razón y es que el dolor es algo que simplemente no podemos evitar, viene con este gran paquete que es la vida, muchas veces no sabemos cómo diferenciar el sufrimiento de lo que es el dolor, porque aunque son parecidos no son lo mismo.
El Dolor y Sufrimiento son diferentes
A lo que llamamos dolor es eso que de verdad sentimos, sentimos en lo más profundo de nuestro ser, es algo real, poderoso que aunque no lo veamos en el momento nos va a traer una enseñanza o incluso una gran satisfacción, y aquí encontramos una gran diferencia, el sufrimiento va más allá tú eliges si quieres vivir en él, es tu decisión lo que sigue en adelante: ya sea hacerte la víctima y seguir ahí o dar un paso más allá y continuar con tu vida, sé que puede sonar fácil y en realidad ser muy difícil pero no es una tarea imposible.
La mayoría de las veces no sabemos cómo vamos a reaccionar ante situaciones que se nos salen de las manos, que nos causan dolor y lo único que queremos hacer es ahogarnos en el sufrimiento y la desdicha, porque al vivir en carne propia lo que muchas veces solo hemos visto, más no experimentado tantos sentimientos se nos hacen desconocidos, pero aquí es cuando tenemos que plantearnos un plan de rescate.
¿Qué es un plan de rescate?
Primeramente hay que aceptar lo sucedido, si bien no es nada sencillo estar en una situación de mucho dolor hay que preparar nuestra mente para ser fuerte, si no lo sabes tu mente domina todo tu ser, si tienes una mentalidad positiva se te hará un poco más simple salir de ese hueco de dolor en el que te encuentras.
El apoyo es primordial, puedes pensar que puedes salir de esto sólo y en realidad es algo muy cierto, pero no vamos a engañarnos, el amor y el apoyo incondicional de las personas que te quieren y se preocupan por ti es una fuente inagotable de energía, la motivación es indispensable para ayudarte a superar el dolor y no caer en el sufrimiento.
Mira hacia el futuro, aunque puedas pensar que tu vida ha acabado y que ya no tiene sentido no olvides que es algo momentáneo, el tiempo tiene la capacidad de curar tus heridas pero tienes que poner de tu parte, recuerda que la vida es un regalo y debes aprovecharlo como pasan cosas malas también suceden maravillosas. ¡Sigue adelante!
Tomate tu tiempo, el dolor sanará, sin duda te dejará cicatrices, pero ellas te recordarán lo fuerte que fuiste y que eres. Todo llega a su fin y luego de una tormenta el sol vuelve a salir, no desesperes, el sanar es un proceso que lleva tiempo y trabajo, también fuerza de voluntad y es que esta combinación es letal para combatir lo que un día te hizo daño. ¡No desfallezcas!
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