Con el lanzamiento de NES en tierras norteamericanas en 1985 y el enorme éxito que empezaron a cosechar sus personajes tras unos años con la industria del videojuego dando tumbos por culpa de la crisis del 83, era de esperar que comenzasen a explotarse estas suculentas licencias en el ámbito televisivo. La CBS ya probó suerte unos años antes en este ámbito con la serie de animación Dragon’s Lair en 1984 o el Saturday Supercade, un espacio infantil que incluía dibujos animados protagonizados por los personajes aparecidos en algunos títulos estrella de la época como Donkey Kong JR, Pac-Man o Pitfall. El caso es que la FOX encargó al estudio DiC Entertainment la producción del proyecto, que por aquel entonces vivía su personal época dorada grabando sus series en la retina de toda una generación de críos – incluido el que suscribe – tal y como sucedió con C.O.P.S., Daniel el travieso o Dinosaucers. A finales de 1989 nacía el Super Mario Brothers Super Show.
El show estaba dividido en dos partes. Por un lado estaba el grueso del programa, consistente en un capítulo animado de unos 15 minutos de duración que tomaba elementos de Super Mario Bros 1 y 2 de una forma bastante digna comparado con las paridas que se hicieron otros personajes de videojuego posteriormente. Mario y Luigi vivían aventuras en el reino champiñón en compañía de la princesa Peach y Toad, teniendo en cada capítulo que desbaratar los planes del rey Koopa (no utilizaban todavía su nombre anglosajón, caso análogo al Eggman/Robotnik) para dominar el mundo y todas esas cosas que hace un villano Rated Teen. Estaba dirigida por Dan Riba, un titan de la animación que, además de trabajar en cosas como The Real Ghostbusters o la mencionada C.O.P.S en DiC Entertainment, pasó a codearse con Paul Dini y Bruce Timm en sus series de Batman para Warner Animation.
La narración de cada capítulo empezaba con la voz en off del propio Mario tomando notas en su “cuaderno de fontanero” que daba pie a una histórica de rocambolesca ambientación, habiendo episodios con estética de western, medieval, futurista o cualquier otra barbaridad que se le ocurriera al equipo de guionistas. Aún así, no desentonaba en absoluto el conjunto, quizás fruto de un uso correcto y fiel de los personajes, objetos y sonidos – los propios samples originales de la consola – que aparecían en los juegos. En todo caso, es un poco bobo hablar de publicidad encubierta, pues esto era un escaparete de aúpa.
El resto del episodio se completaba con una serie de skectches con actores reales en formato sitcom, donde los fontaneros recibían en su taller a un invitado famoso en una trama que se desarrollaba antes y después de la parte animada, y que no tenía absolutamente nada que ver con esta. Mario estaba interpretado por Lou Albano, un conocido luchador de wrestling que estuvo sobre los cuadriláteros de la WWF hasta finales de los 60, aunque desde entonces siguiera participando en el show como secundario de aquel culebrón de mamporros que a día de hoy todavía muchos no entienden. Luigi por su parte lo encarnaba Danny Wells, un actor de doblaje de series de animación desconocido fuera de su campo. Ambos además ponían voz a sus versiones animadas.
De vez en cuando aparecía algún invitqado de la talla de Magic Jonson, Cassandra Peterson (más conocida como Elvira, la señora de la oscuridad) o estrellas del wrestling como Roddy Pipper y el Sargento Slaughter. Estos guest starrings fueron debidos a la asociación entre Lou Albano y la cantante Cyndi Lauper en el proyecto “Rock ‘n’ Wrestlig Connection, una serie de acuerdos para que luchadores conocidos de la WWF tuvieran presencia en otro tipo de espacios. La colaboración además era bidireccional, como demuestra el hecho de que Albano apareciese interpretando al padre de Lauper en el videoclip oficial de Girls Just Want to Have Fun (minuto 0:50), por no hablar de la serie de animación de Hulk Hogan también producida por DIC, aunque en este caso, no se sabe a ciencia cierta si se lo tomaron con Coca Cola.
El programa se emitía de lunes a viernes manteniendo siempre este mismo formato salvo una vez a la semana donde se emitía un capítulo animado de The Legend of Zelda en vez del de Mario, cuyo contenido estaba basado en los dos juegos de NES y siempre tenía el mismo desarrollo: Ganon robaba la trifuerza y Link se encargaba de recuperarla una y otra vez. En total, la serie se compuso de 65 episodios, 52 de Mario Bros y 13 de Zelda, manteniéndose en antena desde septiembre a diciembre de 1989, amén de sucederse incontables reposiciones en otros espacios como Club Nintendo o Mario All Stars que lo han mantenido en antena hasta bien entrados los 90, por no hablar de una secuela que acabaría codeándose con otros héroes de la compañía…
De forma paralela a esta serie, DIC lanzó otra derivada de su acuerdo con Nintendo, pero en este caso englobando un buen montón de licencias de la compañía en un chirriante popurrí de referencias a diversos títulos. Captain N: The Game Master cuenta las andanzas Kevin, un chavalín aficionado a los videojuegos que junto a su perro acaba engullido por su televisor llegando a parar a Videolandia, un mundo donde conviven todas las criaturas de los videojuegos de Nintendo y que está amenazado por la malvada “Madre cerebro”, que quiere controlar el mundo y todo eso. La princesa Lana, regente actual de este mundo, decide formar un equipo de héroes para desbaratar sus planes. El equipo tiene miga: Kevin, Simon Belmont, Megaman y Kid Icarus, quienes se enfrentan, además de a la villana principal, a sus respectivos archienemigos. Hablamos del Doctor Willy, el conde Drácula o el Hechicero Berenjena (Enemigo final del Kid Icarus de NES, no me he vuelto majara), amén de constantes cameos de gente como Donkey Kong, la princesa Zelda o el Rey Hippo de Punch Out.
Todo esto tendría su gracia si, al igual que en las series de Mario, existiera cierta coherencia con el material original, pero no hay más que ver las imágenes adjuntas para echarse a temblar. Ese Simon Belmont sacado de un mal sueño de Hanna Barbero un irreconocible Megaman echan por tierra el resto aunque, al igual que su serie hermana, al final tuviera bastante éxito con sus 34 capítulos divididos en tres temporadas. A partir de la segunda se formó un bloque televisivo entre Captain N y The Adventures of Super Mario Bros 3, continuación directa de la anterior serie utilizando elementos de la tercera parte, con la salvedad de que se erradicaron las partes con actores reales, por lo que las voces de los fontaneros también tuvieron que cambiarse.
Tras 26 capítulos emitidos a finales de 1990, otra nueva serie tomó el relevo, esta vez basándose en el último juego de la saga, Super Mario World. Tan solo tuvo 13 episodios, que fueron los creados antes de que cancelaran Captain N. Desde entonces todos los espacios mencionados han sido emitidos en diversos canales y bloques. Como curiosidad y preludio de lo que por aquel entonces impensable, algunos años después el espacio infantil Mario All-Stars llegó a emitir de forma correlativa capítulos de Mario y Sonic The Hedgehog. Parece que se olían los planes que SEGA llevaría a cabo unos lustros después.
El tirón de todas estas series hizo que las productoras se animaran a idear material material relacionado. Sin ir más lejos, en navidades del 89 se estrenó en cines The Wizard aquella película protagonizada por Fred Savage (el niño de Aquellos maravillosos años) en la que participaba en un torneo nacional de videojuegos. Otro producto de los de echarse las manos a la cabeza fue el King Koopa’s Cool Cartons, un show infantil al más puro estilo de El show de Krusty donde el mismísimo rey Koopa presentaba los diferentes espacios del programa con público infantil riendo las gracias y pruebas de darse tortazos. Insisto, los yankies saben explotar lo que venden. Que se lo digan a los afganos.
Las series de Mario se emitieron por nuestras tierras en varias ocasiones. La primera vez fue durante 1990 en el espacio infantil “La merienda”, presentado por Miliki y Rita Irasema, donde se pasó Super Mario Bros Super Show. Un año después lo haría en Telecinco en programa “Superguay”, siguiendo con sus dos continuaciones. Otros recordarán la serie porque Nintendo España usó un capítulo navideño de Super Mario World para presentar uno de sus vídeos promocionales, concretamente el llamado “Felices Novedades”, que apareció de regalo con la revista Hobby Consolas en su primera época y que posiblemente a día de hoy calce estanterías de muchos cabezas de familia. No es una forma de hablar.
Lou Albano falleció en 2009 a los 76 años a causa de un ataque al corazón, sobreviviendo a muchísimos otros wrestlers de la época más dados a meterse de todo entre pecho y espalda. Fue la primerísima voz de Mario mucho antes de que Charles Martinet apareciera, y gracia a su vis cómica y complicidad con el público supo convertir a los luchadores de wrestling en figuras idolatradas por niños al darle una nueva dimensión a los personajes gracias a los aleccionadores consejos que dieron en diversos productos televisivos. ¡Bebed mucha leche!