Mirabas el amanecer,
con esos ojos llorosos,
sabiendo que era tu ultimo día,
en tu tierra que naciste un otoño.
A tu casa tenias que volver,
después de las merecidas vacaciones,
quisiste volver a tus inicios,
y volver a ver los campos llenos de flores.
Marchaste por sobrevivir,
en este planeta desierto,
desierto de amor y caricias,
lleno de guerras y odio.
Te despedías de tu niñez,
donde aprendiste a ser tu,
a ser una chica y una dama,
a ser mujer en cuerpo de niña.
Niña que creció al largo del tiempo,
echando de menos su tierra amada,
donde aprendió a sobrevivir,
y ser una persona amada.
El amanecer llora tu adiós,
sin saber si volverás,
algún día a tu tierra,
antes del suspiro final.
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