Revista Cultura y Ocio

El taller de los libros prohibidos, de Eduardo Roca

Publicado el 05 agosto 2011 por Goizeder Lamariano Martín
El taller de los libros prohibidos, de Eduardo RocaTítulo: El taller de los libros prohibidos Autor: Eduardo Roca Editorial: Martínez Roca Año de publicación: 2011Páginas: 634ISBN: 9788427037090

La editorial Martínez Roca tuvo la amabilidad de enviarme hace ya muchos meses este libro que, por varios motivos, tardé en comenzar a leer. Y cuando lo hice, en mayo, sólo pude leer 40 páginas, ya que luego llegaron los exámenes y entre unas cosas y otras no ha sido hasta julio cuando por fin he podido disfrutar en la playa de esta novela.

Y mientras la leía he recordado lo mucho que me gusta la novela histórica y me he preguntado por qué no leo más novelas de este género, ya que he disfrutado muchísimo con todas las que he leído pero, sin embargo, no sabría decir muy bien por qué, me da pereza y al final casi nunca me decido por este género.
Algo parecido me ha ocurrido con esta novela. Su argumento, la invención de la imprenta y su escenario, la Colonia del siglo XV, me parecían muy atractivos y me llamaban poderosamente la atención pero sus 634 páginas me echaban para atrás. Menos mal que al final metí este libro en la maleta, ya que me he entretenido muchísimo leyéndolo. Me ha encantado la ambientación, la ciudad alemana de Colonia entre los años 1430 y 1442, una ciudad dividida entre la tradición, la obediencia y el poder de la Iglesia y el Estado y los cambios, las novedades y la difusión del conocimiento. También me ha gustado su protagonista, Lorenz, un humilde orfebre con un gran talento que, sin embargo, vive sumido en la tristeza, la desesperanza y la rutina. Trabaja en el taller de su suegro, que lo humilla siempre que puede y que lo odia desde que su hija murió en un incendio. Y vive con su hija, Erika, una joven enamoradiza, soñadora, que se ve obligada a crecer sola, sin amigas y sin su madre y que, lejos de volverse tímida o cobarde, se convierte en una mujer fuerte y luchadora dispuesta a todo con tal de ayudar a los suyos. Pero, sobre todo, me ha gustado el deseo de transmitir la cultura y el conocimiento a todo el pueblo a través de los libros, el amor por la literatura, por las letras, por la creación de un libro desde la fabricación del papel hasta su difusión. Asimismo, me han gustado también las dos historias de amor que recorren la obra, la de Lorenz y la de su hijo y cómo ambos van cambiando, progresando y evolucionando a lo largo de las páginas. En definitiva, la trama me ha encantado, me ha resultado muy atractiva, me ha atrapado y enganchado desde la primera hasta la última página y al final las 634 páginas lejos de resultarme pesadas o largas, me han sabido a poco y me han dejado con ganas de más, de seguir compartiendo la vida de Lorenz, de Erika y de todos los personajes que forman esta intensa y emocionante historia llena de amor, giros inesperados, ambición, traición, odio, crueldad y, sobre todo, intolerancia. Una intolerancia a la que los protagonistas de la historia deberán hacer frente con valentía y, ante todo, con sabiduría, justicia, verdad y un amor incondicional por los libros. Sin embargo, aunque la novela me ha gustado y me ha divertido mucho y se la recomiendo a todos los amantes de los libros, también hay algunos aspectos negativos que me han llamado la atención. Como, por ejemplo, el maniqueísmo que impregna toda la historia. A lo largo de toda la novela sabemos en todo momento quiénes son los buenos y quiénes los malos, en este sentido los personajes resultan planos, todo es blanco o negro, no hay grises ni matices y eso, al menos para mí, hace que los personajes me resulten menos creíbles, menos cercanos y verosímiles, más fríos y distantes. Por otra parte, tampoco me ha gustado la cantidad de personajes que, a mi modo de ver, resulta excesiva, ya que muchos de ellos aparecen una sola vez en la historia, no aportan nada a la trama y resultan un relleno prescindible que, además, provoca confusión en el lector, ya que resulta muy difícil saber quién es quién en la historia o por qué y para qué está ahí ese personaje. Por último, el final me ha parecido un poco precipitado y artificial, demasiado redondo y perfecto, algo que choca con el resto de la trama y que, por ello, resulta incoherente. Y, para terminar y a modo de anécdota, señalar un pequeño error que, aunque me hizo gracia, también me sacó de la historia de golpe. En la página 419 se refiere a Agnes como la nieta de la condesa Berta von Kerff, cuando en las anteriores y las siguientes páginas se nos ha dejado claro que es su sobrina, no su nieta.

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