El Teatro París
Se estima que la construcción del Teatro París se llevó a cabo a principios de los años 40, después del gran incendio del 13 de abril de 1940, que afectó 22 manzanas de la ciudad de Colón. Tras el incendio, la ciudad quedó desolada durante varios años, con espacios vacíos donde antes se encontraban edificios. Esto permitió la construcción de nuevas y modernas infraestructuras para diversas actividades, incluyendo la incipiente industria del entretenimiento cinematográfico.Compañías constructoras como Grebiens & Martinz Co. S.A., Hipólito Hernández, Norberto Navarro y Compañía, y Compañía Dulcidio González, entre otras, contrataron a cientos de obreros de diversos lugares para construir edificios en la ciudad de Colón, incluyendo el Teatro París. El estilo arquitectónico del Teatro París refleja la influencia de las nuevas infraestructuras surgidas en Estados Unidos y Europa.
Una vez finalizada la construcción de la sala, se importó rápidamente todo el mobiliario, el sistema de sonido, la iluminación y se firmaron contratos para los derechos de proyección cinematográfica, incluyendo los carteles de películas.
Características especiales
Al inaugurarse el Teatro París, su propietario, el judío Febius Rosemberg Fux (también propietario del Teatro Lido), ordenó la colocación de un hermoso letrero con letras cursivas en luces de neón, que identificaba la sala de proyecciones cinematográficas y la hacía atractiva para el público amante del séptimo arte. Este letrero lucía hermoso en medio del bullicio de la Avenida Central.
En el interior, las butacas estaban forradas de tela y contaban con asientos acolchados con fibras vegetales. Estaban organizadas en hileras de 40 asientos centrales y dos pasillos laterales de metro y medio, con dos hileras laterales de 8 asientos, lo que permitía la comodidad de 500 espectadores.
En la entrada principal, se instaló un hermoso conjunto de mosaicos decorativos con el nombre "Teatro París", para distinguirse de otras salas de cine. En el balcón superior, al que se accedía por escaleras laterales, se destinó un espacio más reservado y selecto para el público.
Detrás de esta sección se encontraba la sala de proyecciones cinematográficas, que contaba con dos enormes proyectores operados por personal con amplia experiencia. Esta pequeña sala tenía una ventilación constante debido a la alta temperatura generada por los proyectores de alta potencia.
El sistema de sonido estaba sincronizado con las cintas cinematográficas y se ubicaba detrás y a lo largo de las paredes interiores de la enorme sala. También había un escenario destinado a otros eventos artístico-culturales y conversaciones.
Las oficinas de gerencia y mantenimiento se ubicaban en la parte frontal, junto a la taquilla.
Existía una sección de refresquería abierta al público, que ofrecía deliciosos postres, palomitas de maíz, helados, emparedados, cafés y deliciosos chocolates calientes.
Funciones cinematográficas
El Teatro París abría sus puertas al público generalmente en horas vespertinas, en dos tandas. Los fines de semana, se proyectaban hasta tres tandas y, en ocasiones, también se realizaban tandas matutinas para el público infantil, conocidas como "matinée", con películas filmadas en México y Estados Unidos.
El Teatro París formaba parte del Circuito Atlántico, que era el representante de la distribución de muchas películas estadounidenses en Panamá.
Caída de la época de oro de las salas cinematográficas
A pesar del surgimiento de la industria de la televisión panameña a partir de marzo de 1960, el público joven y adulto continuó acudiendo regularmente al Teatro París para disfrutar de las películas. Los domingos, la afluencia de público era constante y, en ocasiones, se formaban filas en espera de las primeras tandas.
Sin embargo, a finales de los años 80 del siglo XX, surgió una nueva amenaza para muchas salas de cine: las famosas casas de alquiler de películas. Estas ofrecían películas filmadas a un costo muy económico (0,75 centavos de dólar), lo que puso fin a una era de más de 60 años de esplendor. Las cintas portátiles en estuches generaron considerables pérdidas en la administración de las salas de cine, obligándolas a cerrar sus puertas e impulsando nuevos modelos comerciales como el alquiler de los locales a comercios y templos religiosos. El viejo y legendario Teatro París no fue la excepción.
Tiempos actuales
En la actualidad, el famoso Teatro París ya no existe y en su lugar funciona una casa comercial que vende diversos productos importados.
Bibliografía:
- La Ciudad de Colón en los predios de la República, Max Salabarria Patiño, Editorial Chen, 2002.
- El Libro de Oro de Colón, Angel Ramos, J.P Villani Alandete, Imprenta La Academia, 1944.
- Los Judíos en Colón: Una Gran Familia, Daniel Abougamen, 2023.
- Testimonios Orales:
- Lic. Rosa Valdez de Prado
- Sra. Lastenia Vallarino
- Sr. Esteban Lan Archer
- Sra. Julia Melida Quezada
Luis J. Ceballos M.
Investigador Historiográfico
Julio, 2023.