Ya no podemos vivir sin el formato televisivo de moda: el debate. Debates a todas horas, en todos los canales, sobre los temas de actualidad. Periodistas y, últimamente, muchos economistas, son los que emiten opinión, generan polémica, debate, discusión, nos informan. El debate tiene actualmente ese tono dinámico, guerrillero y plural, en el sentido de que, en una misma mesa y de una sola vez, te puedes formar una ligera opinión. Los tertulianos se han convertido en los gurús de nuestra sociedad.
En todo este maremágnum político y social, siempre echo de menos en estas mesas a una gran figura que, personalmente, creo que es un pilar dentro de nuestra sociedad: al artista.
Seguramente ningún artista querría formar parte de esta exposición mediática pero aparte de eso, creo que se les debería llamar. Ellos, como nadie en esta vida, están especialmente entrenados para observar, para mirar, para conectar ideas, para contraformular, para replantearse las situaciones que vivimos.
Ellos, como nadie, vislumbran antes que nadie lo que sucederá o más concretamente, lo que nos sucederá a todos, conjuntamente, como sociedad. Creo, muy sinceramente, que alguien les debería llamar.
El artista ha desarrollado una piel hipersensible a los acontecimientos y una mirada futurista que estamos desaprovechando. Los artistas deberían formar parte del colectivo de gurús de la sociedad. Años de trabajos y multitud de exposiciones a sus espaldas demuestran que no son unos videntes de rituales extraños. Son unos exploradores incansables con la gran responsabilidad de gritar "¡Tierra!" cuando nadie se lo pide. Y siempre que pueden, nos regalan su don, su avanzada, crítica, incisiva y mordaz mirada. A veces, sin embargo, no les hacemos demasiado caso. Quizás pensamos que con una sola opinión y una sola mirada ya tenemos suficiente.
Aparte de su prematura detección y la responsabilidad con la que la ejercen, el motivo definitivo por el que se merecen estar más considerados es por la generosidad con la que nos hacen partícipes de sus hallazgos. Un artista nunca se quedará un conocimiento para sí mismo, siempre lo querrá expresar y compartir con los demás.
Pienso que ahora, más que nunca, los artistas deberían ocupar un lugar privilegiado y ser los gurús de los próximos años. Y, como dice la escultora Cristina Iglesias, los museos deberían estar más llenos que nunca.
Vosotros, qué opináis?
