Revista Arte
El templo de Jesús Sacramentado y la leyenda urbana de la gorra viajera que lo habita.
Por Arte Mas Plus Mirta Ester Castillo. @artemasplusEn el barrio de Almagro, en la ciudad de Buenos Aires, sobre la calle Corrientes 4433 se encuentra el templo de Jesús Sacramentado.
Este templo fue declarado "santuario eucarístico" por el entonces cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco, el 11 de agosto de 2010, siendo uno de los trece santuarios oficialmente reconocidos en Buenos Aires, es el único que no es parroquia.
El exterior del edificio se muestra en todo su esplendor y sus puertas abiertas invitan a ingresar a conocerlo.Los orígenes de este templo se deben a la Sierva de Dios Madre María Benita Arias, quien fue la fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús Sacramentado, ella poseía un gran amor por la eucaristía y por eso decide crear un instituto para adorar a Jesús Sacramentado, desde un comienzo poseía la idea de levantar un templo en su honor como monumento de su Instituto dedicado al Misterio de la Fe.Asistía a niñas pobres y huérfanas, con recursos mínimos, pero gracias a la contribución de los vecinos de Almagro y del matrimonio Unzué-Díaz de Vivar, el sueño se inicio en 1893 y se termino en 1904.
Demos ahora un paseo por su acogedor y resplandeciente interior.
En la cripta de esta iglesia se conservan los restos mortales de la Sierva de Dios Madre María Benita Arias. María nació en La Carlota (Córdoba). Descendiente directa de Don Juan de Garay (fundador de Buenos Aires y Santa Fe), de Jerónimo Luis de Cabrera (fundador de Córdoba), y del gobernador del Río de La Plata, Hernandarias de Saavedra.
Es el único templo de estilo romántico puro existente en Buenos Aires, siendo copia fiel de uno similar que existe en Italia.
Sin embargo, en días recientes, un nuevo elemento se ha agregado a este espacio tan reluciente, tan solitario, tan llamado a la meditación y el amor al prójimo...cuentan que no hace mucho, una gorra viajera perdió su rumbo, cayéndose distraidamente al piso, extravió a su dueña, dicen que dicen que cuando la buscó no pudo encontrarla, hay quienes dicen que manos aviesas la llevaron lejos, pero muchos otros afirman haberla visto flotando en las fosforescencias nocturnas del templo, vagando en búsqueda de su dueña que también la extraña. Vaya uno a saber, Buenos Aires tiene sus encantos, sus bellezas y sus misterios...