Revista Cine

El terror, inexplicable esperpento

Publicado el 30 octubre 2013 por Cineenserio @cineenserio

Con esta película nos enfrentamos con una de mis perversiones personales, ya que esta obra me fascina sobre manera, y no sabría muy bien explicar el porqué de dicha fascinación, aunque es lo que pretendo hacer en los próximos párrafos.

El Terror, del año 1963, es posiblemente una de las primeras películas que el que escribe estas líneas recuerda haber visto en el viejo reproductor de su padre, y que nadie me pregunte nunca por qué mi padre tenía esta película entre sus favoritas, porque es una pregunta que prefiero nunca tenga respuesta. La película narra como a principios del siglo XIX un oficial extraviado del ejército napoleónico llega a un castillo de tintes góticos tras ser salvado por una joven doncella que después desaparece. Ni que decir tiene que el castillo no es un lugar de amor y cordialidad donde cantaran canciones y beberán cerveza de malta… pero eso es contar la historia.

Un jovencísimo, y casi irreconocible Jack Nicholson y un maravilloso y mítico Boris Karloff son los dos protagonistas de esta película, que no es una gran propuesta narrativa, ni una gran producción audiovisual, ni tan siquiera es una obra reseñable en el género de terror, y que seguramente de forma pretenciosa, quería ser más de lo que en realidad era, simplemente con ver lo simple y directo del título o la espectacularidad de los carteles que después es ausente en toda la película, aun así, para mi tiene factores que la hacen fascinante.

El terror Roger Corman

El colorido, los efectos especiales que rozan lo circunstancial, la historia más centrada en generar terror que en conseguirlo, tanto con la música como con las expresiones del protagonista, la crueldad, y como toda la atmosfera te saca a patadas de la historia, que contada de otro modo podría resultar cautivadora. Sé que no he mencionado ni una sola virtud, y por eso esta película es una obra más que menor, caso de aprobado raspado, pero aun así tiene un algo, un extraño halo de misterio que la rodea y que hace que el espectador la consuma sin pensar demasiado en el esperpento que está sufriendo en sus ojos, puede que sea por su corta duración, o por la fascinación que nos genera ver a un incipiente Nicholson en uno de sus primeros papeles, yo personalmente no le encuentro explicación.

No es una obra recomendable, es algo que recomiendo ver, un concepto algo diferente, que lo mismo algún día alguien puede explicarme, porque yo no lo sé.


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