Revista Cine

El Test Bechdel – El cine Machista

Publicado el 25 agosto 2013 por Cinefagos

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Muchas veces, en borradores tengo decenas de post que me interesan, pero ya sea por una razón u otra su publicación se acaba retrasando. Estos días de Agosto mi mayor esfuerzo intelectual se resume en recopilar a duras penas gifs de la teletienda, pero esta vez me he obligado a mí mismo a recuperar un tema que llevaba meses queriendo sacar, y que ha vuelto a ponerse de moda con el estreno de ‘Pacific Rim’: se trata del supuesto machismo imperante en el cine y del papel marginal de la mujer en el séptimo arte.

La última película de Guillermo del Toro nos presenta un futuro cercano donde unos monstruos alienígenas llamados Kaijus emergen de las profundidades del Pacífico dispuestos a acabar con la humanidad, y sólo unos pocos humanos, pilotando robots igual de enormes, son capaces de hacerles frente. Esta película es el húmedo sueño de cualquier adolescente fan de los Power Rangers o incluso series como Neo Génesis: Evangelion. Intenta ser un divertimento friki, una cinta de palomitas para pasar el rato y un homenaje a un tipo de cine muy conocido en Japón, pero al final, por lo que más se la está mencionando es para atacar esa supuesta falta de igualdad sexual en sus protagonistas, asegurando que se trata de un problema que ya viene de antiguo.

La presencia de mujeres en el cine (o cualquier otro arte) siempre ha sido objeto de discusión. En cuanto a las películas de gran presupuesto conocidas como blockbusters, es donde más notamos una diferencia entre personajes masculinos y femeninos ya que los primeros suelen ser los héroes, los elegidos para salvar al mundo, mientras que ellas no son más que vaginas andantes, seres sin alma que no tienen voz ni voto y que sólo están presentes para ser rescatadas o para compensar con sexo y un beso a cámara lenta a nuestro protagonista. Un caso muy representativo es el cine de Michael Bay, donde todo los miembros del reparto son actores a excepción de la chica mona, que suele venir del mundo de las pasarelas y cuyo casting para entrar en la producción consistió en lavar el deportivo al director. Es lo lógico y normal en productos cuyo público objetivo es masculino entre los 18 y los 40 años, El problema tal vez no venga del cine sino de nuestra propia educación, donde a las niñas se las enseña a ser princesas y a los niños a ser guerreros que tienen que rescatarla, y donde sólo obtenemos “sus favores” tras superar una serie de desafíos. El caso que siempre se me viene a la cabeza es la familia de John McClane en La Jungla de Cristal, donde Bruce Willis sólo logra que su mujer utilice su apellido tras rescatarla de un grupo de terroristas. Por suerte, en los últimos años la televisión está yendo mucho más allá al mostrar mujeres reales y que no basan su comportamiento en explotar la sexualidad, como la Agente Dana Scully de Expediente X, y que funcionó precisamente porque se eliminaron todas las referencias sexuales y se limitaron a retratarlas como personas, a secas, con sus miedos y opiniones, de la misma forma que habrían hecho con un hombre.

Pero analizar si una película es machista o no es un terreno resbaladizo, donde análisis parciales pueden darnos fácilmente la respuesta que esperamos obtener. Uno de los “sistemas” más famosos es el archiconocido “Test de Bechdel”, creado por una dibujante de cómics (con títulos tan aclaratorios como “unos bollos de cuidado”) que también se planteó en su momento la ausencia de mujeres en las historias. El problema es que el supuesto “Test” dista mucho de ser efectivo ya que nació más como una broma que como un intento serio de analizar libros y películas. Y aunque es muy utilizado por feministas, yo no estoy del todo de acuerdo ya que alguna de las películas reseñadas me parecen elecciones tramposas, y el hecho de “fracasar” en el test no convierte ni mucho menos a una cinta en algo machista. No puede ser que películas como Harry Potter, donde se presenta a una bruja inteligente y que no necesita ser rescatada, y no se considere muchísimo más denigrante la saga Crepúsculo, donde dejan claro la importancia de tener un novio.

Test Bechdel

Por mi parte tengo que admitir ciertos prejuicios. Cuando iba al instituto asistí obligado a una serie de charlas sobre igualdad de géneros donde dejaron bien claro desde el primer día que un hombre era un animal vil, despreciable y traidor que no merecía ningún tipo de confianza. La supuesta “igualdad” que nos vendían escondía otro tipo de discriminación, positiva para las mujeres, pero igual de dañina. Lejos de dar a entender de una vez por todas que pertenecemos a la misma especie y somos iguales, se enfocaban en la necesidad de tratar a las mujeres como algo especial, y de criminalizar ciertos actos que aquellas iluminadas que dieron las charlas catalogaban como insultantes. Así llegaríamos a proposiciones como la directora Jane Campion, que le gustaría exigir que el cincuenta por ciento de las películas fuesen realizadas por mujeres. Para mí la discriminación positiva no es más que un error, porque perpetúa las diferencias entre hombres y mujeres, diferencias que por supuesto no ha creado el cine, las ha creado la educación, y en ocasiones todo queda reducido a los campos de la dialéctica. Tal vez deberíamos plantearnos que el que una película no pase ese supuesto test u otros similares no quiere decir que sea machista. En ocasiones sólo sale una mujer, o un hombre. Y en algunos casos, como Wall E, el protagonista es una tostadora. Tal vez hay películas que sólo quieren hacerte pasar un buen rato. Y como curiosidad, hace dos semanas, fue mi novia la que me llevó a rastras a ver Pacific Rim.


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