El tiempo

El tiempo juega con nosotros como si fuéramos muñecos de trapo entre sus manos. Modifica nuestras percepciones, manipula nuestras sensaciones, nos hace sentir extraños en nuestro propio entorno. Es capaz de crear nuevas realidades, de destruir recuerdos a su antojo y de colocar caprichosamente otros en su lugar. Nos inmuniza e incluso nos insensibiliza. A veces, transforma a las personas en simples fantasmas con rostro familiar.
¿Debí aprovechar mejor mi infancia? ¿O de otra manera?
El tiempo juega con nosotros una partida de póker con las cartas marcadas, y siempre tiene la mano ganadora. Y es imposible levantarse de la mesa y abandonar el juego. Sólo nos queda derrotarlo a base de congelarlo, dejarlo quieto para que no se mueva. Un pequeño triunfo en medio de una guerra perdida de antemano.
El pasado dejó de existir hace mucho. Disfrutemos del presente. Y construyamos juntos un futuro mejor.