Revista Cine
En la vida lo único que existe es el tiempo, es lo único que tenemos, aunque no lo creas y lo tires por “seguridades” (matrimonio, trabajo, responsabilidades, mamonerias), el tiempo es lo único real. No digo: las 5:00 pm o las 8:00 am, todos sabemos que hoy no es martes o domingo o lunes, el tiempo solo pasa... sin etiquetas, el resto son convenios… yo digo el tiempo y su transcurso, como usas la vida que Dios –o quien sea- te dió.
En “In Time” es así, la moneda de cambio del futuro es el tiempo, media hora es una estadía en un hotel, un café cuesta diez minutos, quien más tiene tiempo, es más rico, porque en el futuro tu reloj biológico se detiene a los 25, y aunque eres joven por siempre, luego tienes un año para sobrevivir. Si no haces nada por “robar” tiempo o por conseguirlo sea como sea te detienes, es decir te apagas y te mueres.
Al estilo de Matrix o Destino Oculto(2011) en In Time, la ciencia ficción se utiliza para a través de una metáfora mostrar temas que son fundamentales en las reflexiones de la vida humana. Desde Solaris de Andrei Tarkovski, este género se presta mucho para contar de forma encubierta, grandes temas que quizás serian muy pesados de mostrarlos frontalmente. Temas que han tenido presencia en el cine desde años atrás (Blade Runner -1982),como esto de que el tiempo es oro y no somos –ninguno- ni aun los millonarios eternos o inmortales.
Andrew Niccol (El señor de la guerra 2005, Simone 2002, Gattaca 1997) dirige y escribe este film protagonizado por Justin Timberland, quien ha venido participando en el cine desde hace algunos años y Amanda Seyfried (Chloe), donde muchas veces se cae en lugares comunes y escenas muertas (tibias, aburridas) que no tomaremos en cuenta ya que el tema principal, la idea que convoca sustrae toda la atención, al menos la mía.La mortalidad y el breve espacio de la vida humana es el tema que subyace en la película. En la vida es así: cuando eres pobre, vendes tu tiempo a otros (trabajando, por ejemplo), el mundo te da dinero si le entregas a porciones tu existencia. Al final, tanto en el film como en la realidad, el tiempo es la moneda de cambio para movilizarte en un mundo que siempre, para robarle la expresión a Javier Marías, siempre va en ascenso.
Me gustó la pareja (aunque súper cliché y obvia) de Bonnie & Clyde futurista que hacen los dos actores. Justin te prefiero bailando, pero bien.
Calificación: 10/10