Guardando las distancias, este título está inspirado en el video que circulo por la internet hace varias semanas atrás “Caracas ciudad de despedidas” que causo cierta incomodidad en las generaciones más jóvenes de nuestro país. Si pensamos en retrospectiva no estaría fuera de lugar que hubieran otros videos como: Valencia ciudad de despedidas, Maturín ciudad de despedidas, Maracaibo ciudad de despedidas, Puerto La Cruz ciudad de despedidas, Puerto Ordaz y hasta El Tigre ciudad de despedidas.
Todos estos elementos constituyen un repelente contra las ideas, el avance tecnológico, el progreso y la rectitud. Pero que en caso contrario sirven hábilmente para atraer la corrupción, la violencia, la disgregación de la familia y la pérdida de valores y hábitos tan sensibles para una sociedad como el hábito de lectura o el valor de la vida.
Cada día esta hermosa tierra va perdiendo un poco de su brillo. La violencia hace estragos y es hasta difícil escuchar a una persona diciendo un “buen día” al subirse en un transporte público.
Esa ciudad de despedidas en la que se está convirtiendo nuestra ciudad, es el producto de las malas decisiones que tanto los alcaldes como nosotros hemos tomado, ellos porque sinceramente han sido unos completos incapaces y nosotros por elegirlos. Pero hay un dicho que reposa bajo la frase: "no hay mal que dura cien años ni cuerpo que lo resista", es hora que lo tomemos muy en cuenta, y que en las próximas elecciones para alcaldes, elijamos uno que realmente traiga el progreso que mereceremos y que tanto hemos estado esperando por un poco menos de 8 décadas. Dejemos de ser una ciudad de despedidas y pasemos a ser una que cuente con centros educativos al nivel de nuestra creciente población tigrense y con cuerpos policiales que de verdad garanticen seguridad para todos.
Recuerden la decisión está en ustedes, y solo es responsabilidad de nosotros garantizarle a nuestros hijos y nietos un mejor porvenir de manos de un alcalde que de verdad se comprometa a resolver los problemas que sufrimos cada día.