Revista Ciencia

El típico Antivacunas

Publicado el 08 mayo 2014 por Drgen @DrGEN

No todos los hombres son iguales, de igual manera, no todos los antivacunas son iguales. Sin embargo hay algunos rasgos y características que suelen asociarse a esos energúmenos con una frecuencia llamativa…

El típico Antivacunas

El típico antivacunas lee a Deepak Chopra, Paulo Cohelo y Alejandro Jodorowski.
El típico antivacunas hace reiki y consume homeopatía y flores de Bach, pero cuando enferma seriamente recurre a la verdadera medicina. El típico antivacunas es hipócrita.
El típico antivacunas cree en dietas “desintoxicantes”, cree que el cáncer se cura con bicarbonato, y en los reyes magos. También cree en la efectividad de los lavajes colónicos, aunque la mayoría evita meterse el caño por el culo: hay creencias que es mejor profesar antes que ser consecuentes con ellas.
El típico antivacunas lee revista OhLaLa y escucha consejos médicos de actrices y modelos famosas.
El típico antivacunas piensa que las enfermedades son “aprendizajes de vida”. Pero puesto frente a una gran enfermedad recurre a “machetearse” con medicina.
El típico antivacunas es posmoderno, new age y neohippie. Es ecologeta, progre y naturista.
El típico antivacunas cree en la “vidas pasadas”, en la “energía” (aunque no sepa ni siquiera definirla) y en la “conexión universal”.
El típico antivacunas lee a Bucay y escucha a Claudio María Dominguez. El típico antivacunas lee “El Secreto”.
El típico antivacunas lleva sus hijos a escuelas Waldorf. El típico antivacunas tienen una ensalada en la cabeza.
El típico antivacunas dibuja mandalas, cree en el karma, los niños índigo y en seres de luz. El típico antivacunas es un pelotudo a pilas.
El típico antivacunas consume “orgánicos” y comida macrobiótica, suele ser vegano y militante antitransgénicos, aunque no tenga ni puta idea de qué se trata esto.
El típico antivacunas no te desea suerte, te manda “mucha luz”.
El típico antivacunas es lector de Osho, seguidor del Arte de Vivir, y paga gustoso muchísimo dinero para que le enseñen a respirar.
También gustoso, el antivacunas dona su dinero a Greenpeace, aunque irónicamente detesta las multinacionales que se llenan de dinero…
El típico antivacunas está a favor del “parto en casa”, a pesar de ser una práctica que pone en riesgo innecesario tanto a la madre como al hijo.
El típico antivacunas cree que todo lo natural es bueno, que todo lo antiguo es bueno, que todo tiempo pasado fue mejor.
El típico antivacunas es, en el fondo, un antiprogreso, un anticiencia, un resentido.
El típico antivacunas suele afirmar que la peor plaga del mundo es el hombre. El típico antivacunas es antihumanitario.
El típico antivacunas está acomodado económicamente, le sobra tiempo y le falta inteligencia, combo que le permite consumir toda idiotez contemporánea que se le cruce.
El típico antivacunas cree que difundiendo su mierda está ayudando a desenmascarar una conspiración, pero ni siquiera se entera que está condenando niños. Por su ignorancia, el antivacunas es muy peligroso.

Si sos antivacunas, te voy a decir algo que muy probablemente no sepas: también sos pelotudo, bruto, ignorante, inconsciente, inmoral y cómplice por el sufrimiento y la muerte innecesaria de miles de niños en todo el mundo.
Cuando veas a un niño víctima de la polio, ojalá te sientas responsable y te pese.
El daño ya está hecho.

Dr. Lisandro  M. Carnielli

 

Recordemos que esta semana, la OMS tuvo que declarar una emergencia sanitaria mundial por el resurgimiento de la polio, con casos registrados en diez países. Lo dicho: el daño está hecho.

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