Ahora con el verano el tomate es una de las hortalizas que suelo consumir mucho en crudo, ya sean tomates cherrys para acompañar ensaladas, tomates bien maduros para hacer gazpacho o un tomate verde tal cual, abierto por la mitad con un poquito de sal. A parte de lo bueno que está nos aporta muchos beneficios, como los que explico a continuación sobre el tomate y sus propiedades:
Descripción: La tomatera es una planta de origen mejicano, de la cual se consume su fruto de color rojizo, de forma redondeada y sabor dulce a la ve que algo ácido: el tomate. Se cultiva y consume por todo el mundo, podemos encontrarlo durante todo el año en el mercado y existen casi cien clases diferentes, que se clasifican según su uso ya sean para ensaladas o cocinar.
Propiedades: El tomate contiene una gran cantidad de agua, lo que hace que sea un alimento poco calórico, 100 gramos de tomate nos aporta solo 20 calorías. Es bajo en proteínas y grasas y rico en fibra e hidratos de carbono, su contenido en azúcar es mayor que en otras verduras de ahí su sabor dulce, por este motivo también se le podría considerar una fruta. Es aconsejable en dietas de control de peso, para reducir el estreñimiento y por sus efectos diuréticos.
Entre sus minerales se encuentran el fosforo,magnesio, calcio y a descatar el potasio, por su alto contenido, se encarga de regular la retención de líquidos, ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso y la actividad muscular. Contiene vitaminas la vitamina C y A, las dos de acción antioxidante y dexintoxicantes que ayudan a prevenir enfermedades.
También es rico en carotenos como el licopeno, pigmento natural que da al tomate su color rojizo y presenta propiedades anticancerígenas, además de estimular la formación de tejido oseo. Esta sustancia en el tomate aumenta cuando este es cocinado, la calor hace que sea liberada y facilita la absorción por el organismo
Consejos de conservación y consumo:
A la hora de comprar el tomate, hemos de evitar coger los tomates demasiados blandos, la piel con manchas o magulladuras. Su carne ha de ser firme y piel tersa. Para conservar el tomate, lo mejor es meterlo en la nevera, así nos aguantan más tiempo. Pero si se da el caso que le falta madurar, es aconsejable dejarlo fuera en un sitio fresco. Otras de sus formas de conservación que se pueden hacer en casa en caso de que tengamos muchos tomates es realizar tarros de conservas o desecarlos.
Su consumo según el tipo de tomate puede ser en crudo para ensaladas, sopas frías, zumos o untado en el pan. Cocinado podemos hacerlo al horno, a la plancha o para elaborar salsas. Lo único a tener en cuenta es que los tenemos que lavar bien y si vamos hacerlos triturados mejor pelarlos, ya que si no nos encontraremos pedacitos de piel en la salsa o sopa y no queda una textura fina.
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