- Marina Muñoz Cervera -
Valioso por sus generosas virtudes, es el tomillo una especia muy utilizada para aromatizar y dar sabor a múltiples recetas culinarias, sobre todo carnes y aves, pero también es un condimento excelente para arroces.
Muy rico en aceites esenciales, pertenece, al igual que el orégano, el romero, la albahaca, la menta o hierbabuena, la mejorana, la ajedrea y la salvia, entre otras muchas especies, a la familia de plantas “Lamiaceae”, también conocidas como Labiadas. Su género botánico es “Thymus” y su especie, “vulgaris” aunque existen muchas variedades, esta es la más conocida.
Se cuenta que el tomillo fue usado por los egipcios para embalsamar a sus faraones y los griegos lo utilizaban para perfumarse, en baños y para quemarlo en sus rituales dentro de los templos; era para los griegos un símbolo del valor guerrero al igual que para los romanos y lo quemaban en sus viviendas para purificarlas (1), su mitología nos transmite que la planta del tomillo brotó de una lágrima derramada por Helena de Troya, de la que los guerreros obtenían fuerza y coraje para la lucha (2).
Una leyenda cristiana, narra que “cuando José de Arimatea llevó su Santo Cáliz a la Montaña Sagrada de Montserrat, los ángeles quisieron otorgar una prebenda a los visitantes de la montaña, por lo que poblaron sus laderas con tomillo, cuyo aspecto y belleza en flor recuerda al Santo Grial. Desde entonces al tomillo se le asignan todo tipo de propiedades curativas” (2).
Comúnmente conocido como tremoncillo (3)(4) y estremoncillo, el Dr. Pío Quer (Doctor en Farmacia y Licenciado en Ciencias Químicas, español – años 1888-1964) refería que el Dr. Leclerc (Nota: probablemente se trate de Georges Louis Leclerc, naturalista, botánico francés – años 1707-1788), resumía las facultades del tomillo en la siguientes palabras (4):
“Sobre la circulación y los centros nerviosos, su esencia ejerce una acción que se manifiesta por una mayor amplitud de pulso, por un aumento de las fuerzas físicas, por una mejoría del tono moral y un despertar de las funciones digestivas. Esta acción justifica su empleo en la clorosis (Nota: anemia debida a la falta de hierro de los glóbulos rojos), la astenia nerviosa y en todos los casos en los que importe estimular la circulación capilar y favorecer las combustiones orgánicas; además está dotada esta planta de propiedades antisépticas y antiespasmódicas, tiene asimismo indicación en las afecciones del aparato respiratorio, del cual modifica las secreciones y modera los espasmos” (4).
También comentaba el Dr. Quer, su uso generalizado contra la tos convulsiva o tosferina, así como para deshacerse de parásitos intestinales y como repelente de los mosquitos. Mencionaba una receta de caldo de tomillo para los que no tienen hambre o necesitan de un estimulante que les facilite la digestión: en un plato sopero se escaldan unas rebanadas de pan un poco duro, rociado con buen aceite de oliva, un poco de sal y unos brotecitos o sumidades de tomillo; se tapa con otro plato y se deja cinco minutos; la sopa se tiempla (Nota: calienta un poco) y toma un delicioso sabor a tomillo y aceite (4).
Hoy en día, confieren al tomillo propiedades como antiespasmódico, carminativo (combate los gases), eupéptico (digestivo), antiséptico y antitusígeno. Sin embargo a dosis altas, el aceite puede producir convulsiones y es caustico para la piel. Su uso está contraindicado en el embarazo y lactancia y en casos de úlcera gastroduodenal. No podemos olvidar que sus principios activos tienen acciones farmacológicas concretas.
Esta hierba aromática, como hemos visto no destaca por sus propiedades nutricionales, pero sí por sus virtudes medicinales.
Es una planta que fácilmente puede cultivarse en huertos caseros y tiene un olor delicioso. La infusión de tomillo se prepara con sus sumidades floridas y es verdaderamente tonificante; la leyenda de la lágrima de Helena de Troya, se comprende al degustarla por su agradable sabor y por el efecto que produce en la respiración.
Nota: interpretación libre del contenido.
Enlaces relacionados: La albahaca en la medicina antigua y una perspectiva actual. El romero: condimento y medicamento El orégano: pasado y presente de una lamiacea.
Fuentes bibliográficas:
(1) Nutrición y Alimentación “El tomillo”. http://nutricion.nichese.com/tomillo.html
(2) Región de Murcia digital. “Tomillo”. http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,543,m,2719&r=ReP-19736-DETALLE_REPORTAJESPADRE
(3) Tomillo. Fichas inforjardin. http://fichas.infojardin.com/condimentos/thymus-vulgaris-tomillo-tremoncillo.htm
(4) Pío Font Quer. “Romero”. El Dioscórides Renovado. 4ª Edición. Págs. 651-652. Ediciones Península. Barcelona 2002.
(5) Fitoterapia avanzada. Fundación Universitaria Iberoamericana.
Imagen: http://www.cocinerosdeverdad.com/especial-hierbas/
publicado el 07 agosto a las 21:03
me encanta poder formarme a traves vuestro, para poder tratar bien mi diabetis, gracias