En Marx se apunta hacia una teoría del conocimiento en la que se explica el proceso de conocer desde la categoría o el concepto de “trabajo”. Se insinúa, de esta manera, una teoría materialista del conocimiento. Recuérdese que Marx a la vez que se nutrió del idealismo de Kant o de Hegel, le opuso siempre una posición filosófica de cuño materialista y aquí, en este tema, se ponen de manifiesto estas dos cosas.
La filosofía idealista afirma que la esencia humana está en la reflexión (autoconciencia) del Sujeto humano, un Sujeto que a la vez que está encerrado en la interioridad de sus representaciones (intuiciones, conceptos, ideas) objetiva con ellas los objetos externos (la realidad física). Si, según el idealismo, el Sujeto humano es el fundamento del mundo (o de la naturaleza) entonces la realidad es algo construido, constituido o creado por él, desde él y para él (el antropocentrismo idealista sustituyó al teocentrismo anterior conservando su misma tesis de fondo, situando ahora al Hombre donde antes estaba Dios).
Marx rechaza la idea de un sujeto reflexivo, de una conciencia humana pura, etérea, abstracta. La esencia humana está en el Trabajo (en la actividad técnica, productiva...). El trabajo es aquí una mediación (síntesis dialéctica) entre dos elementos enfrentados y contrapuestos: el hombre y la naturaleza (el sujeto y el objeto). El hombre crea su mundo produciéndolo tal y como fabrica utensilios un artesano: dando forma (orden) a una materia informe.
Si el conocimiento del mundo tiene su raíz y su principio explicativo en el Trabajo sucede que el sujeto del conocimiento es el hombre concreto (con su cuerpo, sus necesidades, etc.); y lo conocido, mundo, naturaleza, resulta conocido finalmente sólo cuando es “producido” no ya por una actividad mental que tiene lugar en el interior de la conciencia (idealismo) sino cuando es, literalmente, “fabricado” con las manos del hombre. La matriz del conocimiento está, en definitiva, según Marx, en el saber técnico.
Subsiste aquí, de todos modos, una duda o una dificultad que nunca ha dejado de rondar al marxismo: esta teoría “materialista” del conocimiento se despliega a partir del esquema básico del idealismo filosófico moderno: el modelo “Sujeto -> objeto”. Así, tal vez, esta teoría materialista no sea tan novedosa ni tan acertada. Queda abierta la hipótesis de que una auténtica teoría materialista del conocimiento solo será novedosa en la medida en que consiga desterrar de ella misma los esquemas idealistas, renunciando en última instancia al núcleo antropocéntrico del idealismo filosófico.