Francis Denis presenta acá una pequeña colección de su reciente trabajo el cual considera expresión y forma como unidad.
Las pinturas abstractas figurativas de “Francis” evolucionan alrededor del tema único de la emoción. Todo en sus misteriosos trabajos está centrado en la humilde y triste angustia de las figuras que retrata. La manera en que lo hace Francis es completamente espectacular.
Estableciendo un solo tono de fondo, prefigura el carácter de su plástica desde sus audaces plataformas. Oscuro y lóbrego en cuanto a colores, éstos inmediatamente atrapan al espectador en una pictórica depresión. La selección de colores para las figuras a su vez es también maravillosamente trágica; azules profundos y remolinos rojos pastel para crear formas aparentemente, en un comienzo, equivocadamente trazadas.
Dentro de su estilo habita una distorsión muy propia de Picasso; aun vinculada ligeramente a un fuerte sentido de realismo. Su expresiva pincelada usa tonos contrastantes y el blanco delineado de sus formas crea casi una estética de collage.
Quizás lo más cautivador, es la imagen de las manos complementada por la del cráneo contorsionado. Estas manos son levantadas perplejas, en la incertidumbre, y aluden a un terrible accidente. Las desamparadas, devastadoras gesticulaciones faciales en sus incómodos colores resuelven la expresión.
Es exactamente ésta la expresión facial que dibuja una respuesta humana para el espectador, aunque rechazando a su vez la naturaleza de la obra esta desnuda exposición. Extrañamente los ojos del modelo se encuentran con el espectador, prefiriendo en vez de eso evitar su mirada, quizás a través de la culpa o el sentimiento de agravio.
Las pinturas de Francis dejan muchas preguntas sin contestar, pero permiten un atractivo y dinámico juego de interrogantes para el espectador.