Hablar del Transcantábrico es hablar de una auténtica joya del patrimonio histórico ferroviario. Los coches del tren son ejemplares originales de principio de siglo, que son especialmente refaccionados para que conserven la estética de sus orígenes. Los mejores chef´s del norte de España están al servicio de sus pasajeros, brindando platos selectos de la cocina española, que ya es famosa por su prestigio internacional.
La fusión entre el carácter clásico y las prestaciones modernas son uno de los rasgos que caracterizan su servicio, que si bien evoca al encanto ferroviario de 1920, también incorpora tecnología de punta en todas sus suites y espacios comunes. A la hora de elegir dormitorio El Transcantábrico ofrece dos tipos: por un lado las Suites Gran Lujo, que cuentan con hidromasaje, sauna y conexión gratuita a Internet, y por otro la Suite Junior, que permite disfrutar de un minibar, un baño funcional con hidromasaje y climatización regulable.
Las zonas comunes están conectadas por un espacio de circulación, que permite que los pasajeros transiten por el tren a gusto, e incluso puedan visitar en cualquier momento del día el coche-bar que permanece abierto las 24 horas. El coche panorámico permite disfrutar de las visuales del paisaje, que muestran todo el encanto de ciudades como Gijón, Santander y Bilbao.
A la hora de degustar delicias locales se puede visitar el salón de té, mientras que el coche-pub ofrece fiestas y espectáculos en directo.
Itinerarios del Transcantábrico
San Sebastián – Santiago a Compostela
Partiendo de Villasana de Mena, en San Sebastián y finalizando en la emblemática ciudad gallega de Santiago de Compostela. El viaje dura 7 días y 8 noches y permite descubrir ciudades como Santander, visitar el museo de Guggenheim y descubrir el Parque Nacional de los Picos de Europa en Oviedo, entre otros sitios.
León – Santiago Compostela
La otra propuesta de recorrido parte de León, pasando por la villa romana de La Olmeda, la península La Magdalena en Santander y un recorrido por los escenarios más imponentes de Galicia.
Las imágenes que ilustran la nota pertenecen a Simon Pielow.