El Tránsito. Espectáculo sorprendente: rocas, piedras enormes, bloques caídos hacia el abismo donde, en el fondo, el agua gris y espumante del río se aplasta sin ecos. Parece como si en este instante el suelo acabara de abrirse a nuestros pies y, aterrados por el desgarramiento, no hubiéramos todavía tomado entera posesión de los sentidos.
Francis Carco. Printemps d’Espagne. 1929