Revista Opinión

¿el turismo es un gran invento?

Publicado el 08 agosto 2011 por Mario

Todo el que viaja a la India vuelve gilipollas perdido… No viene mucho al caso de lo que quiero expresar pero la frase llevaba demasiado tiempo en mi libreta, así que aprovecho la ocasión para entregarles mi axioma. Es un hecho. según los que han estado allí: La India te cambia la vida (…el tiempo justo que duran las vacaciones. Después a regresar a tu puesto de docente o chupatintas y entregar un diezmo a cambio fotos y dibujos de un niño con nombre exótico que te investirá de superioridad moral en cualquier discusión de clase media).

Ya me fui a los cerros de Úbeda. A lo que iba: un día, quizás hoy desde alguna lejana galaxia, uno estudiará el absurdo de dos fenómenos de la sociedad moderna. La publicidad callejera (tipos que entregan un papel a otros que depositan sin mirar en una papelera) y el turismo.

El turismo consiste en pasar una serie de incomodidades y calamidades en aras de no sé muy bien qué propósito. ¿Interés culturales? Rara vez ¿Aventura? Imposible ¿Descanso? Una leche. Creo que el fin último del turismo reside en tener algo de charla el día que te reincorporas al tajo y colgar las fotos en alguna red social en un intento de autoafirmación (básicamente, la función de este fascinante nuevo vehículo de exhibicionismo).

En mis días de director decine vocacional, durante las extenuantes jornadas que se alargaban con frecuencia hasta el amanecer(dada la precariedad con que rodábamos, teníamos que planificar demasiadas tomas por jornada), solía repetirme con Óscar (amigo y corresponsable en aquellas lides): “Si nos pagaran por esto, no lo haríamos”. Pues con el turismo, igual.

Tengo el vicio de ojear, en la sección de Viajes de las librerías, lo que ofrecen las guías de Madrid, mi ciudad: museos que no visitaría en mi vida, monumentos al regente desconocido, locales gastronómicos de rejón garantizado, espectáculos flamencos para japoneses y todo en este plan…

Los horrísonos Celtas Cortos cantaban “Haz turismo invadiendo un país”. La copla era una crítica a las misiones bélicas en tierra extraña pero viene muy al caso de lo que supone la invasión turística de determinados lugares presuntamente dotados de aliciente turístico. Adictos al Sálvame Deluxe que muestran ufanos su estampa a las puertas del Louvre y te pegan la chapa sobre la vida y milagros de los Saboya. En fin, que si hoy es martes esto es Bélgica…


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