Revista Cultura y Ocio

El universo en suspenso

Por Daniel Vicente Carrillo
Suponed una cadena que pendiese de los cielos desde una altura desconocida y que, gravitando hacia la Tierra cada eslabón de la misma y no siendo visible lo que la suspende, no se desplomara sino que mantuviera su estado. Suponed, pues, que al respecto surgiera una pregunta: ¿Qué sustenta o mantiene a esta cadena? ¿Sería una respuesta suficiente decir que el eslabón primero o inferior pendía del segundo o inmediato contiguo a él, y ambos del tercero, y así "in infinitum"? Pues, ¿qué suspende al conjunto? Una cadena de diez eslabones caería salvo que algo que la sostuviera lo impidiese. Una de veinte, si no estuviera asegurada por una fuerza todavía mayor, caería en proporción al incremento del peso, y por consiguiente, otro tanto sucederá a una de infinitos eslabones, si no es sostenida por algo infinitamente fuerte y capaz de soportar un peso infinito. No ocurre de otro modo en una cadena de causas y efectos que tiende o, más bien, gravita hacia determinado fin. El eslabón último o más bajo depende o, por así decirlo, está suspendido de la causa superior. Luego, si ésta no es la causa primera, estará suspendida como efecto de la causa superior, etc. Y si tuvieran que ser infinitas, salvo que de acuerdo con lo dicho se diera una causa de la que todas colgaran o dependiesen, no habría más que un efecto infinito sin una causa eficiente. Por tanto, afirmar que haya tal sería un absurdo semejante a decir que un peso finito o pequeño exige algo que lo sostenga, pero que un peso infinito o el mayor de ellos no lo exige.

Wollaston

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