© Robert Frank
Vagabundear por las calles es una parte muy importante, omnisciente, implícita en la composición fotográfica. Quizás sea la raíz de todo ello.
1966 © Joel Meyerowitz
Me gusta asociar este término que mucha gente usa de forma despectiva, con la idea de un viaje iniciático. En donde ese “viaje” tenga una puerta clara de entrada y una salida difusa como el tiempo y el instrumento más inútil que puedas tener es un reloj.© Josef Koudelka
© Mike Brodie
David Le Breton señala en su Elogio del Caminar que “el vagabundeo, tan poco tolerado en nuestras sociedades como el silencio, se opone así a las poderosas exigencias del rendimiento, de la urgencia y de la disponibilidad absoluta en el trabajo o para los demás (convertida, con la aparición del teléfono móvil, en una caricatura” (pág. 22).
© Bernard Plossu
Siempre vuelvo, una y otra vez, a las palabras inspiradas de Sergio Larraín cuando aconseja a su sobrino que “el juego es partir a la aventura, como un velero, soltar velas”.© Sergio Larraín
“Ir por las calles todo el día, vagar y vagar por partes desconocidas, y sentarse cuando uno está cansado bajo un árbol, comprar unos plátanos y así tomar un tren….”
© Sergio Larrain
“Salirse del mundo conocido, entrar en lo que nunca has visto. Dejarse llevar por el gusto…..de a poco entrando cosas y te van viniendo imágenes, como apariciones”
© Jeff Jacobson
El vagabundeo como lo entiendo yo tiene que ver con ese caminar consentido que se hace con el placer del corazón, ese que invita al encuentro, a la conversación, al disfrute del tiempo. Y al disfrute de la fotografía….allí empieza la auténtica composición.© William Eggleston
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