ELVALLE DE LA MUERTE
Funesto nombre para un lugar de tamaña belleza. Desde la carretera puedo columbrar un paisaje plagado de rocas volcánicas y minerales: son testigos mudos de seísmos antiquísimos.
El valle de la muerte debe su innoble e infausto nombre a las prístinas historias de aquellos valientes que perecieron tratando de cruzarlo. Fueron muchos, y es que las tórridas temperaturas aquí, cuasi “marcianas” pueden ser infernales. No hay sombras, nada bajo lo cual guarecerse. La tierra nativa de los indios Timbisha Shoshone es volcánica, salvaje, vestida de colores gracias la gran diversidad mineral. Hay una parada obligatoria en Zabriskie Point. Desde aquí, es fascinante otear en la distancia las pequeñas colinas que se cubren de ocres, verdes, amarillos, rojos…