Revista Arte
La realidad actual del Branding corporativo permite dedicar su promesa asentándose en el Valor de Responsabilidad Social al conferir su marca, como una experiencia integral que retroalimenta de principio a fin, la evolución natural de cualquier negocio.
De este modo, el departamento de Branding, como si de un director teatral se tratara, habilita el espacio capacitando su puesta en escena con los contenidos apropiados para expandir su marca. Concibe, regula y armoniza con ayuda de su equipo artístico, el espectáculo, y se descubre en connivencia con las estrategias de Arte dando la solución imaginaria que establezca una circularidad coherente a su finalidad, o según qué caso, correr el riesgo de convertirse en incoherencia ante un malogrado compromiso empresarial.
Es pues, que la experiencia nos acontece en la medida de las necesidades de cada uno completando la identidad de nuestra dimensión social. Participar de ella, modela un diálogo fresco y directo movido por el deseo de compartir dicha experiencia, hablar de la misma, comunicar su proceso e incurrir en la validez personal que derive de su interés.
Podría decirse que la experiencia es circular, con un centro vacío, pues precisa llenarse de las distintas vivencias e interpretaciones de los que consumen tu marca.
Por ello, la experiencia lo que hace es circunvalar en torno al espacio cotidiano de las personas nutriendo sutilmente con su interactividad, una cultura de marca perdurable frente a tu competencia.