Ya que nuestra mente asimila de una manera inconsciente y acelerada las experiencias negativas, debemos aprender a generar de manera consciente emociones positivas que nos ayuden a encontrar un balance, aún en los momentos más difíciles.
Estudios científicos han demostrado que la gratitud, es uno de los sentimientos con mayor capacidad de generar emociones positivas. Los estudios definieron además de una manera simple lo que es y lo que no es gratitud.
- Gratitud NO es: sentirse mejor porque hay otros en peores condiciones. Si bien esto puede que nos sirva para generar gratitud; NO es gratitud.
- Gratitud es: Ser consciente de las condiciones con las que se cuenta y realmente sentirse agradecido por ellas; sin importar las condiciones de otros. Es agradecer el levantarnos una mañana por el milagro de la vida y no simplemente porque vimos en el noticiero, que algunos desafortunadamente no pudieron amanecer.
La gratitud además demostró además los siguientes beneficios físicos y sicológicos que refuerzan el pensamiento positivo, tan importante al momento de resolver problemas.
- Mejora el optimismo, la energía y el entusiasmo. El contar con motivos para agradecer, nos puede hacer ver la vida de una manera diferente; y el expresar nuestra gratitud aumenta esta sensación.
- Genera placer. Cuando expresamos y sentimos gratitud, nuestro cerebro genera dopamina, que es considerada la hormona de la recompensa. En pocas palabras, nuestro cerebro nos premia por ser agradecidos y esto tiene efectos positivos físicos y sicológicos.
- Mejora el sueño. La gratitud mejora el sueño, por su efecto en el entusiasmo y el optimismo. Además, en casos de insomnio, evitó que las personas cayeran en estados depresivos.
- Disminuye el estrés y la depresión. Más que el estrés y la depresión, la sensación de impotencia, puede generar efectos negativos sobre nosotros. Si la gratitud tiene impacto en nuestro pensamiento positivo, se puede esperar que tengamos una mejora actitud ante los problemas.
Por último:
¡Gracias por leer mi artículo!Para ver más, te invito a leer el siguiente artículo: The grateful brain