Pero dónde residen los valores de una organzación?. Si hablásemos de una empresa los valores son impuestos por los propietarios o accionistas. Son ellos los que pueden poner freno a estrategias agresivas de los gestores o bien poner límites a comportamientos poco éticos. Pero en una entidad no lucrativa, quíen atesora esos valores?, quizás los/as fundadores/as, las personas que componen la asamblea general…, pero no los gestores de la misma.
Por ello los valores son un concepto que no cambia después de un proceso de análisis y planificación estratégica. Bueno, no cambia mientras la entidad no cambie doctrinalmente, no sea absorbida o fusionada.
Los valores de la entidad deben ser los cimientos sobre los que construir la estructura organizativa y estratégica. Según sean los valores de una entidad así serán el resto de conceptos como misión, visión, políticas, estrategias…
Los valores no solamente nos influyen en las decisiones que tomamos, sino que también los tenemos en cuenta en los análisis que realizamos. Una misma realidad es vista de manera diferente según los valores de cada uno. Esto se puede observar de manera cotidiana en los planteamientos políticos e incluso también en deporte: un penalti es penalti dependiendo si soy de un equipo u otro.
Pero, concretizando cómo podemos definir unos valores con palabras sencillas?. Lo tenemos fácil, si acudimos a diferentes soportes publicitarios de entidades encontraremos palabras como: equidad, transparencia, independencia, integridad, humanidad, igualdad, control… y un largo etcétera.
Evidentemente, pueden ser ciertos estos conceptos y seguro que en practicamente todos los casos así es, pero existe un grupo de entidades que no los cumplen. Y esto puede ser debido a dos circustancias, o bien que la entidad poco tiene en cuenta en su gestión estos valores o bien porque solamente son un soporte de marketing.
En este último caso el valor de los valores es valor de los fondos que se captan con los valores.