A veces la suerte está de nuestro lado, cuando los pájaros nos dan una gran mano al quedarse quietos unos instantes permitiéndonos experimentar un poco con nuestro equipo y que nos acerquemos un poco mas de la cuenta. En este caso utilicé velocidades de obturación inferiores a una centésima de segundo para fotografiar a este Mielero en el patio de mi casa mostrándome la rabadilla.


