Mucha gente pensaba que el Teorema de Pitágoras lo descubrió quien aporta su nombre, Pitágoras de Samos. Sin embargo, los grandes blogs de ciencia y matemáticas, así como páginas serias de divulgación y ciencia, ya se encargaron de desmentir tal patraña, para asegurar que fue cosa de su secta-hermandad: los pitagóricos. También hay quien dice que, en realidad, este teorema ya lo conocían de sobra los Babilonios.
Craso error. Todo lo que os han contado son viles mentiras y calumnias. El verdadero autor del Teorema de Pitágoras fue, como se creía en un principio, Pitágoras de Samos. Aunque... quizás su origen no sea exactamente el que todos creíamos. ¿Quieres descubrir el secreto?
Pues cuenta la la historia, oculta hasta el día de hoy, que Pitágoras, debido a la organización de su secta-hermandad, tenía poquísimo tiempo para pasar en familia con su esposa Eunusa. Así que ella aprovechaba sus largas ausencias para satisfacer sus más carnales deseos y frenesíes con hasta 4 campesinos analfabetos que vivían cerca de su hogar.
Pero claro, un día que Pitágoras acabó muy pronto en su escuela (dicen que por la traición de algún miembro díscolo) se encontró a su esposa en plenos ejercicios maritales con sus 4 campesinos y no con él. Fue tal la furia acumulada por Pitágoras que al parecer de un único golpe logró dar muerte a los 5 adúlteros.
Con las manos aún manchadas de sangre, y para evitarse problemas mayores con las autoridades militares, decidió enterrarlos a todos en su rectangular jardín. En consideración a su esposa, que tantos años lo había mantenido, dividió el terreno en dos cuadrados y a ella la enterró en el de la izquierda. El otro lado, fue dividido a su vez en otros cuatro cuadrados en el que fueron enterrados los 4 campesinos. Así, los amantes ocupaban el mismo espacio que la adúltera esposa.
Tras asearse y lavarse, subió a la colina cercana desde la que podía divisar toda su casa y observando su reciente obra, dicen que dijo:
¡Ajá! El cuadrado de la Puta Eunusa es igual a la suma de los cuadrados de los Catetos.
Desde entonces hasta nuestros días, el tiempo ha hecho lo suficiente como para transformar las soeces palabras en otras, aunque no muy bien-sonantes, sí menos ofensivas.
Tito Eliatron Dixit
PD: Esta entrada participa en la Edición 3'141592 de Carnaval de Matemáticas cuyo anfitrión es, en este mes de septiembre, el blog ZTF News.
PD2: Esta humorística historia (por si aún hay quien no se haya percatado), la recibí por WhatsApp. Y sí, tiene Guasa la cosa.