El verdadero Principito. ¡Adiós Quino!

Creo que Quino aprovechó, para su evasión, una migración de pájaros salvajes. | © Liniers

El mundo lamenta, escribe y comparte con el mundo, su sentir respecto a la pérdida de una consciencia mayor. Retratado en otra viñeta ha quedado el héroe que, al parecer, no conocía otro universo que el de su escritorio. Ni viaje más fantástico que el de un libro abierto. Ni conversación más amena que la del silencio. En este momento, nadie mejor que Liniers (en portada) para interpretar al maestro: gracias por hacer cantar a la infancia con humor y espíritu crítico, Quino (1932-2020).

Cada cierto tiempo, a través de los siglos, la humanidad escupe al suelo a ciertos hombres de genio. Algunas de sus obras generan tanto impacto en la sociedad, que llegan a fragmentarla. Entonces, uno debe elegir entre unirse, o no, al club que le corresponda. Sin embargo, en el club de Mafalda y sus amigos hay espacio para todos.

Aunque sus viñetas enuncien lo contrario, gracias al sentido del humor de Joaquín Salvador Lavado Tejón, seudónimo del mundialmente famoso Quino, uno tiene la impresión de que la humanidad puede tener arreglo. El dibujante fue tan lúcido al observar todos los males que acechan al ser humano, que sabía que es la risa lo único que nos queda cuando hemos tocado fondo. No en vano dicen que uno ha terminado por perderlo todo cuando se queda sin sentido del humor. Me consta.

No todos nos reímos de lo mismo, sin embargo. Así como con La Biblia, y todos los objetos del mundo, cada quien proyecta su mundo interior en lo que contempla. Y lo interpela según prefiera. Ahora que me la he pasado jugando con el dedo a encontrar viñetas de Mafalda, he sido de pronto consciente que, como dicta toda obra de arte, cada una de sus historietas posee el don de "lo incompleto". En ellas hay espacio suficiente para que nuestra imaginación se despliegue, excarbe como un topo en las profundidades de nuestro inconsciente, se repliegue frente al contexto actual, sea este el que fuese, y así develar el lado oculto de la realidad, de nuestra vida, para hacer que estalle el milagro de la risa. (¡Somos los únicos seres del reino animal que lo hacen!).

A continuación, una interpelación sobre algunas de las viñetas de la niña más rebelde, tierna e inteligente del mundo: Mafalda.