Revista Cultura y Ocio

El viaje de Kiarostami

Publicado el 05 julio 2016 por María Bertoni
Abbas Kiarostami, en su auto. La mejor manera de despedirlo.

Abbas Kiarostami, en su auto. La foto se convierte en un buen recuerdo para despedirlo.

“El cine empieza con D.W Griffith y termina con Abbas Kiarostami”. La apreciación de Jean-Luc Godard circula hace tiempo por Internet, disociada del contexto donde fue dicha. Sin embargo, queda claro que el cineasta francés la pronunció en alusión a una parte de la filmografía del colega iraní que murió ayer en París, a los 76 años recién cumplidos.

Entre los documentales que conforman esa porción de trayectoria figura Diez, que el paso del tiempo convirtió en clásico como bien señaló David Parkinson en este post sobre aquella “reinvención de las road movies“. El crítico y curador británico transcribió la siguiente declaración que el también autor de A través de los olivosEl sabor de las cerezas, Copia certificada, Like someone in love hizo en el National Film Theatre de Londres a propósito de aquel largometraje donde registró las conversaciones que una mujer al volante mantiene con distintos acompañantes.

Mi auto es mi mejor amigo. Mi oficina. Mi hogar. Mi lugar. Tengo una sensación muy íntima cuando estoy en mi auto con alguien sentado en la butaca del acompañante. Estamos en la posición más cómoda porque no nos miramos a la cara, sino que nos sentamos lado a lado. Nos miramos a los ojos sólo cuando queremos. Podemos mirar a nuestro alrededor sin parecer groseros.

Tenemos una gran pantalla delante y vistas a los costados. El silencio no resulta pesado o difícil de sobrellevar. Nadie le sirve a nadie. Y muchos otros aspectos. Lo más importante es que el auto nos transporta de un lugar a otro”.


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