Presentación de ‘El viaje de Pau’ en Espai Literari/Livingmurs. Foto: Lucía Pastor
El primer hito en la carrera de todo escritor es, evidentemente, escribir un libro. Una vez logrado, lo siguiente es ponerlo al alcance de quienes pretendemos que lo lean. Familia y amigos son las primeras “víctimas”, pero si nuestra idea es hacer carrera, a no ser que formemos parte de una familia increíblemente amplia, tendremos que implicar a lectores desconocidos. Para ello hay que difundir nuestra obra por todos los medios posibles e idear estrategias originales, que llamen la atención, que hagan despertar la curiosidad por saber qué explicará ese libro que parece tan interesante. Hacerlo de forma independiente, sin una editorial detrás que allane el camino, multiplica las dificultades y la carga de trabajo de forma exponencial… pero cuando se empiezan a más que ver atisbar los resultados, la satisfacción personal también aumenta en igual proporción.
Creo que todo escritor coincidirá conmigo en que uno de los momentos clave, el que supone el pistoletazo de salida definitivo, el que indica que ya no hay vuelta atrás, que vamos en serio, es el día de la presentación de tu primera novela. El momento en que nos plantamos ante una audiencia dispuesta a escuchar al escritor, al autor de ese libro que queremos que compren.
Ese momento tan especial lo viví el sábado. Debo decir que a buena parte de esa audiencia ya la tenía ganada antes de empezar porque mayoritariamente estaba compuesta por los familiares y amigos que ya habían leído ‘El viaje de Pau’, así que de poco les tenía que convencer. Igualmente me sentí muy especial. Desde que me desperté por la mañana me acompañó la sensación de que era mi día, que lo iba a disfrutar y que, sin duda, formaría parte de esos días que, cuando eche la vista atrás, recordaré con una sonrisa de oreja a oreja.
Presentación de ‘El viaje de Pau’ en Espai Literari/Livingmurs. Foto: Lucía PastorPresentación de ‘El viaje de Pau’ en Espai Literari/Livingmurs. Foto: Lucía PastorPresentación de ‘El viaje de Pau’ en Espai Literari/Livingmurs. Foto: Lucía PastorAunque tengo cierta experiencia en hablar ante el público, y pese a que en ningún momento me sentí nervioso, plantarte ante unas 40 personas que centran toda su atención en lo que les vas a decir acaba imponiendo un poco. Al hacer balance mental de todo el proceso que ha desembocado en la publicación de ‘El viaje de Pau’ y transformarlo en palabras, al exponer mis pensamientos sobre un periodo de mi vida que me ha supuesto un proceso interior muy importante, que me ha cambiado, debo reconocer que hubo momentos en que me pudo la emoción. No estaba nervioso, reitero, pero ahí delante tenía a las personas más importantes de mi vida y me estaba “desnudando” ante ellas. En parte fue como una especie de sesión terapéutica.
Soy una persona muy transparente, incapaz de aparentar lo que no soy ni siento. Entiendo que haya gente a la que le cueste mostrarse tal cual es. Todos tenemos una historia vital que nos marca y que en ocasiones hace que tomemos precauciones porque creemos que así nos mantendremos a salvo. No soy nadie para juzgar las circunstancias de cada uno. Pero yo no puedo ponerme corazas. Sólo me siento a gusto conmigo mismo cuando soy yo. Y ser yo significa que cuando me pongo a hablar, por ejemplo, del Valle de Pineta, de cómo nació en mí la necesidad de dedicarle un libro al lugar cuya sola mención me hace sentir feliz, y hacerlo delante de mis padres, quienes me llevaron a aquella acampada maravillosa rodeada de montañas imponentes cuando tenía seis años, pues no puedo evitar que durante algunos instantes la emoción me impida hablar.
Pineta ha moldeado buena parte de la persona que soy. Es algo que sé con certeza. Allí he aprendido a amar la naturaleza, a respetar cada elemento que la conforma, por insignificante que pueda parecer, a comprender que todos tenemos nuestra razón de ser y que es absurdo juzgar a nada ni a nadie por su aspecto, e igual de absurdo es pretender que alguien pueda sentirse más importante que otros en base a no se sabe qué estúpido argumento. Todo eso, y mucho más, me ha transmitido ese valle maravilloso.
‘El viaje de Pau’ es mucho más que un homenaje a Pineta. Quienes la habéis leído lo sabéis, y quienes no lo han hecho aún y estuvieron el sábado en la presentación creo que tendrán ganas de descubrirlo. Buena parte de ese deseo se lo debo a Aureli Vázquez, periodista (como yo) y responsable junto a la también periodista Inma Santos de ese oasis que es la librería Espai Literari. Aureli fue el conductor de la presentación. Me transmitió complicidad desde el primer segundo e hizo que todo el mundo se sintiera a gusto. Se había preparado muy bien el acto y tocó todos los temas clave de la novela, tanto del contenido como del proceso creativo. Se nota que es un gran profesional. Y aunque estábamos en “territorio amigo” no era tarea tan sencilla, sobre todo teniendo en cuenta que entre la audiencia había unos cuantos peques bastante más interesados en jugar que en escuchar al plasta del libro. Creo que al final nos apañamos bastante bien. Y en ello tuvo también parte de responsabilidad Mercè Chimeno, que nos cedió para la ocasión el local de ‘Livingmurs’, un estupendo estudio creativo donde podéis encontrar preciosas piezas artísticas y artesanas.
Sé que varios de los habituales de ‘la recacha’ esperabais este post. Aunque no estuvierais aquí os aseguro que también sentí vuestro calor (bueno, algun@s sí que estuvisteis, como Josep Garcia, ‘Salvela’ para los amigos
, Sílvia Darnís y Rosa Caparrós). Vuestro apoyo sincero, que sabéis que agradezco de corazón, me acompaña continuamente y, aunque puedan parecer las típicas palabras de cortesía que cuesta tan poco teclear, me ayuda cada día a seguir apostando por esta aventura con el convencimiento de que he tomado el camino correcto.Os prometí un vídeo de la presentación. En ello estoy, pero los inevitables problemas técnicos que en parte explican que este artículo no lo leyerais ayer (la otra parte de la explicación es que necesitaba dejar que las sensaciones reposasen) van a retrasar el documento audiovisual. De momento os tendréis que conformar con las fotos.
Y mientras tanto, conseguido el nuevo hito, es hora de pensar en el próximo. ¿Alguna librería en la sala interesada en ser la siguiente?
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