Una siempre se pregunta de dónde viene. Y se congratula de ser quien es, de haber nacido en el seno de su familia –con sus delirantes imperfecciones- y sobre todo haber crecido en una ciudad con sol y con mar. En el primer mundo.
Recuerda que hace años, su cuñado comenzó a hacer el árbol genealógico de la familia de su chico y llegó, como muy lejos, a mediados del XIX Sus ancestros provenían, en su mayoría de la provincia de Valencia, norte de Castellón y Castilla la Mancha. No hubo grandes sorpresas. Pero ¿qué habría pasado si hubiese seguido buceando en el pasado, siguiendo el viaje y las huellas del ADN familiar a través de los siglos? ¿A qué países le habría transportado su carga genética?
Un comparador de páginas web ha ideado un concurso en el que los ciudadanos que se presenten pueden ganar un viaje a todos los países de los que provienen. A través de un mecánica de un concurso compleja, a algunos de los 500 finalistas de 18 países se les dará un kit para depositar una muestra de ADN. Una vez analizada, los afortunados podrán visitar todos aquellos países de donde tengan ancestros.
The DNA journey
Por supuesto, para llegar a ellos, los ganadores deberán reservar trenes, aviones y hoteles a través de la plataforma. ¿No se les parece fascinante?
Demostrar cómo el mundo se abre a través del viaje. El viaje cómo vehículo para intercambiar ideas, ver y crecer.
Este concurso ha sido reforzado, además, con un spot maravilloso de la marca en el que una serie de voluntarios -que creían estar muy seguros de quiénes eran o de dónde venían- leen los resultados de su ADN ante una cámara. Es tan emocionante. Todos tenemos un pasado racial, genético. Este experimento debía ser obligatorio para desterrar pasajes oscuros de la historia y demostrar que el Mundo es tan bello como grande.
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