Revista Arte
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido
y encalado,
mi espíritu errará nostálgico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin
árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.Juan Ramón Jiménez (1881-1958).
(Fotografía de la orilla sevillana del río Guadalquivir.)
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