Por fin he encontrado completo este cortometraje, del mallorquín Toni Bestard, que pasaron en algún canal a altas horas y me dejó pensando durante días. Los protagonistas, dos chavales en estado de gracia, presentan una historia descorazonadora, en sobrio blanco y negro, a lo que se suman unos diálogos imaginativos e inteligentes y un manejo de la temática muy conceptual. Con apenas dos días de rodaje y 12.000 euros de presupuesto, es de los que dejan huella.