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Quiero traer al blog un libro que leí hace pocas semanas titulado "El viento del diablo", del autor canario Mariano Gambín, título muy adecuado para la temática que aquí estudiamos.
La ficha técnica es la siguiente:
El viento del diablo.
Autor: Mariano Gambín.
Primera Edición: 2014.
Roca Editorial de Libros, S.L.
Barcelona
ISBN: 978-84-9918-720-4
Número de páginas: 364.
Precio: 18,90 euros.
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Mariano Gambín es un autor conocido en el archipiélago canario por obras anteriores, entre las que destaca la trilogía "Ira Dei". Abogado de profesión y doctor en Historia, ha combinado el ejercicio del Derecho con la investigación histórica, especialmente de las Islas Canarias. Tal particularidad confiere a sus novelas una perspectiva en el tiempo sumamente interesante, pues conjuga a la perfección el estilo divulgativo de hechos históricos con la elaborada trama de un argumento de ficción anclado en esos hechos. Pertenece a una generación de novelistas españoles que está abriéndose camino en el enredado mundo de la literatura actual con cierta dificultad, debido a la transformación que está sufriendo la industria editorial y a la inflación de escritores que pretenden hacer carrera merced a las posibilidades de Internet; pero que se perfila día a día como la nueva narrativa en lengua española, autores con solera, bien formados, mejor documentados y con gran capacidad de análisis y exposición, sobre los que iremos hablando en este blog.
"El viento del diablo" presenta un estilo narrativo ágil y atractivo, cuya lectura se convierte en un ejercicio fácil que impele al lector a consumir ávido las páginas que se le presentan por delante. No en vano, Gambín utiliza técnicas que me recuerdan a las propias de la narrativa americana contemporánea, donde suelen combinarse el desarrollo de varios escenarios y personajes que suelen desembocar indefectiblemente en un mismo núcleo de acción. Capítulos cortos, en total 75, desarrollan una trama que nos mantiene en vilo casi desde la primera página y facilitan la lectura a los más perezosos.
He de confesar que para mí -lector curtido en mil frentes y devorador compulsivo de todo tipo de literatura, la estructura literaria presentada de tal forma me resulta estimulante -refrescante diríamos en esta época del año- y, a la vez, capaz de hacerme olvidar durante el tiempo de lectura de la vida cotidiana que me rodea. Dicho de otra manera, la novela es visual, goza de ese punto en el que un novelista traspasa el ámbito literario para adentrarse en el cinematográfico. Novela que podría ser llevada a la gran pantalla con facilidad.
Pero vayamos al meollo de la cuestión: de qué habla "El viento del diablo".
Asistimos a la evolución de una expedición arqueológica en las costas del Sahara Occidental, muy cerca de las Canarias. Allí, un equipo internacional de especialistas se afanan en arrojar luz sobre una fortaleza española levantada en el territorio conocido como "Laguna de Naila", ubicación cercana a la ciudad de El Aaiún. Las cosas se complican con el descubrimiento de restos óseos humanos, inesperados en tal sitio, y con la aparición de ciertos individuos y terroristas más interesados en lo que encierra ese lugar que en desvelar los restos de la fortaleza.
Los días son decisivos para avanzar en el yacimiento y aclarar las cosas, pero las trabas administrativas, los intereses ocultos por paralizar el trabajo, e incluso las condiciones atmosféricas, comprometen el buen hacer del equipo de arqueólogos.
Me interesa destacar dos aspectos esenciales de la novela: por un lado el tratamiento que realiza el novelista sobre el Islam, y por otro el perfil psicológico de los personajes involucrados en la trama.
En efecto, siendo una novela de aventuras, Gambín se adentra en un territorio que con frecuencia se explora muy a la ligera. Me refiero naturalmente a la consideración sobre el Islam como religión y como cosmovisión. Para muchos autores occidentales, el Islam es pétreo, presentando por regla general una sola cara o perspectiva. Esto no es así, ni muchos menos, y el autor de "El viento del diablo" lo refleja con claridad. La novela transcurre en un país islámico, Marruecos; pero se identifica perfectamente la visión del musulmán común con la del fanático. Aspecto que, por otra parte, no es solo patrimonio del Islam, pues se ha dado y se da tal dicotomía en el cristianismo, judaísmo y otras religiones. Así Gambín nos presenta -a pesar de no constituir la esencia de la novela- un Islam moderno en sintonía con los tiempos que corren con un Islam reaccionario anquilosado en el siglo VII de nuestra era y, lo que es peor, sometido a una interpretación errónea y disfuncional del mismo. La situación queda manifestada en los personajes de la novela, desde el profesor marroquí participante en la excavación, científico que conjuga su condición profesional con su visión islámica y moderna de la vida, hasta el terrorista buscado por todas las potencias occidentales, capaz de justificar cualquier tipo de matanza, algo habitual todavía, lamentablemente.
El perfil psicológico de los personajes está hábilmente desarrollado. Gambín conoce bien el material que tiene en sus manos, incluída la operativa de las fuerzas especiales marroquíes y norteamericanas, y cómo funcionan los mecanismos psicológicos sobre el ejercicio de la maldad. Se nota que no se trata de un autor que se documenta solo en Internet, sino que ha pisado el país y ha conversado con todo tipo de personas. Esto da lugar a que "El viento del diablo" resulte una historia que puede confundirse con la realidad, pues está perfectamente ubicada en el tiempo, en el lugar y, lo que es más difícil, en el espinoso tratamiento de la sociología y psicología de unas gentes que pueden parecernos a los occidentales lejanas y diferentes a nosotros.
Por supuesto, la novela nos depara sorpresas, hallazgos, incluso puede proporcionar a los legos en la materia un aprendizaje sobre hechos y situaciones del pasado y del presente, tanto de la historia general como de algunos rasgos del Islam.
En definitiva, una novela estupenda para ser leída casi de un tirón, presentándonos un lugar extraordinariamente bello de la geografía sahariana.
Mariano Gambín está afianzándose como un autor que nos deparará extraordinarios momentos de lectura y aprendizaje.
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