él y su despacho

Así sería su espacio, seguro. Porque mientras yo me relajo en habitaciones blancas y anodinas con pequeñas pinceladas de madera y hormigón, él se siente firme entre cueros gastados y elementos metálicos. Tengo claro que tendría un chester, me lo lleva diciendo años y no pasa por alto una tienda de antigüedades sin entrar a ojear por si hay suerte.

Una gran mesa, porque le pasa como a mi, que todas se le quedan pequeñas a media mañana con el despliegue de hojas y proyectos. Esta de Patricia Urquiola sería un triunfo.

Y una silla con personalidad.

Seguro que metería algún clásico en forma de complemento, para no pasarse mucho. Una lámpara Louis Poulsen siempre da sensación de seriedad, elegancia y como no, diseño.

Para todos los libros no falla, el sistema String es lo mejor. Yo clara, él oscura, pero compartimos idea esta vez.
Una esquina para sentarse y descansar, o leer, o escuchar música. O simplemente para no hacer nada.

En la pared, una litografía de Chillida. No hace falta más, ya llena el espacio.

En alguna esquina, su mochila Eastpak con el portátil, su cargador y dos o tres pequeños portaminas de esos que tanto le gustan.

Y no puede faltar un buen gadget. El altavoz Beo Play A2 y buena música sonando.

Y ahora, que me diga que no le conozco. Si es que ya son muchos años…

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patricia