Revista Cultura y Ocio

El zoo de noche

Por María Bertoni

El zoo de nocheLa orangután Sandra, el hipopótamo Garoto, el dromedario Saúl son algunos de los animales que se dejan fotografiar durante la visita nocturna organizada por el Zoológico de Buenos Aires. La experiencia resulta interesante aún para quienes somos reticentes a la idea de ver bichos enjaulados. Por un lado, los guías contagian el amor por los habitantes de este jardín fundado en 1888. Por otro lado, la propuesta de un recorrido a contrapelo del horario (y la vorágine) habitual mitiga la crudeza de la exposición bestiaria.

Quienes quieran ser de la partida deben superar los cinco años de edad y sentirse cómodos en la oscuridad. Aunque nunca es cerrada (las calles y edificios aledaños alumbran de lejos; las luces del zoo y la linterna del guía lo hacen desde adentro), la noche se las ingenia para generar sombras, sonidos y aromas ajenos al confort de la ciudad.

El zoo de noche
Con un poco de imaginación, los más chicos se sienten en la selva por más que el guía insista en aclarar que los leones son los reyes de la sabana y que los lemures provienen de Madagascar. La infancia admite todo tipo de combinaciones, así que estos mismos porteñitos también fantasean con la posibilidad de reencontrarse con Melman, Alex, Marty, Gloria y algún otro animal de película.

Como de costumbre, los adultos celebramos las anécdotas que revelan coincidencias entre humanos y animales. En cambio, nos espantamos cuando escuchamos que estas criaturas no siempre se corresponden con las réplicas de peluche que les compramos a nuestros hijos.

El paseo se inicia alrededor de las 20, con un traslado en barco por un lago cuyas orillas habitan lemures, y termina con la visita al león que entre bostezos y ejercicios de stretching espera el llamado a cenar. En hora y media, los ¿exploradores? descubrimos a Sandra, Garoto y Saúl entre otros vecinos rinocerontes, elefantes, hienas, antílopes, garzas y falsas nutrias.  

El zoo de noche abre sus puertas los miércoles, jueves y viernes. Los interesados en recorrerlo deben reservar su asistencia con tiempo.


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