El duelo causado por la muerte de un ser querido, es una de las tensiones psicologícas más intensas a las que los seres humanos nos exponemos.
Posiblemente experimentemos en el proceso dificultades en su elaboracíon, de acuerdo a nuestra estructura de personalidad, capacidades adaptativas, sucesos traumáticos previos, grado de fortaleza-vulnerabilidad.
Muchos autores que han estudiado e investigado el tema afirman que éste puede ser el origen de una amplia variedad de problemas psiquiatricos y fisicos. Cifras como hasta un 25% de las enfermedades depresivas aparecerán como consecuencia de una pérdida.
El "efecto de desolación" ante la pérdida de la pareja puede acelerar el proceso salud-enfermedad debido a cambios sobre el sistema endocrino y sobre todo el sistema nervioso central del miembro superviviente de la pareja, así como la mortalidad estará incrementada en ese primer año de producida la pérdida.
El duelo es un proceso, eleborarlo y entender que se atravesarán fases así como respetar y trabajar en ello para avanzar.
Ese proceso puede acarrear dificultades, malestar, sufrimiento, culpa y muchas manifestaciones que lleven a solicitar atención; en algunos casos su evolución puede deternerse presentando sintomatología.
Hay muchos teoricos interesantes que hablan acerca de los tipos de duelo.
Para Freud, el duelo sano sería aquel, en el que la líbido se retirara del objeto perdido, y se transfiriera a un objeto nuevo; mientras que en un tipo especial de duelo patológico, como la melancolía, se produciría una incapacidad para introyectar este objeto, debido a la ambivalencia relación con él.
El duelo normal carecería de ambivalencia hacia la persona amada, y por tanto no existiría la culpa. Culminaría con la introyección del objeto externo y para ello se vería ayudado por la gratificación narcisista de estar vivo. Así mismo, nunca se acompañaría del descenso de la autoestima. Todas estas características lo diferenciarían de la melancolía o duelo patólogico.
"Los recuerdos no pueblan nuestra soledad, como suele decirse. Por el contrario, la hacen más profunda." G. Flaubert